«Me dijeron que no lo contase para que no saltase la liebre». Con estas palabras explica su frustración Dori, una vecina de Molina de Segura, ante el presunto caso de acoso que sufre su hijo, de 12 años, en un colegio de la localidad. La mujer asegura que denunció ante el centro escolar, concretamente a una orientadora, que su hijo «sufría agresiones físicas e insultos a diario por parte de compañeros. Me dijeron que no lo contase para que no saltase la liebre, por lo que me siento desesperada».

Le llamaban «ruso», porque es rubio, le llamaban «marica» le pegaban a diario e incluso le decían cosas malas sobre mí, comenta la mujer, que lamenta que su hijo «estuvo más de dos meses sin ir al colegio y cuando volvió a clase unos días las agresiones se repitieron. Desde entonces no sale a la calle salvo situaciones en las que no le queda más remedio, no se centra en los estudios y está en una situación límite».

La situación de acoso por parte de al menos cuatro compañeros se habría iniciado al comienzo de este curso, pero no fue hasta el pasado 18 de febrero cuando la mujer se enteró del «infierno» que estaba sufriendo su hijo y lo denunció ante la Policía Nacional de Molina de Segura, que «me consta que está investigando la situación y ya ha tomado algunas medidas», aclara. El supuesto acoso también está siendo investigado por la Fiscalía de Menores.

Dori asevera que ha preguntado varias veces en el colegio qué medidas se estaban tomando para frenar la situación y comenta que le dijeron que «el niño estaba bajo vigilancia en los recreos por parte de un profesor», aunque «no creo que sea así, porque quien evitó que le dieron una paliza a mi hijo en una de las ocasiones fue un alumno de un curso superior. No es posible que hubiera un profesor vigilando y no hiciera nada al ver cómo le pegaban a mi hijo», cree la mujer.

La situación de acoso escolar o bullying ha hecho que el menor sufra «estrés, ataques de ansiedad, miedo y que no duerma». Unos problemas médicos, que Dori cree que son «consecuencia» de «una situación indignante para un niño de sólo 12 años».

«Quiero que esté bien»

«Quiero que esté bien»El menor está estudiando a día de hoy en una academia para intentar no perder el ritmo de estudio. Aunque el hecho de que pueda perder el curso académico no le preocupa en exceso a la mujer, para quien «lo más importante es que mi hijo esté bien. Si repite podría sacarse el curso más adelante, pero no se puede permitir que sufra agresiones e insultos».

Mientras la Policía Nacional investiga la situación del acoso, la Fiscalía de Menores se ha hecho cargo de la denuncia y ya está planteando las actuaciones a desarrollar. Lo que tiene claro Dori es que «no me voy a estar quieta mientras le hacen esto a mi hijo. No voy a parar hasta que se tomen medidas. No es justo que un niño sea tratado así», remarca.