La Audiencia Provincial de Murcia ha condenado a diez años de cárcel a un hombre por un delito continuado de abuso sexual. A la víctima, que contaba con 12 años en el momento de los hechos, llegó a violarla una vez y la sometió a tocamientos en varias ocasiones más.

El tribunal considera probado que todo comenzó allá por septiembre de 2016, que fue cuando el agresor sexual y la pequeña empezaron a hablar, tanto por teléfono como por Internet. Se habían conocido antes, en casa de un amigo común tanto del ahora condenado como de los padres de la menor. Se da la circunstancia, además, de que esta niña iba al mismo colegio que las hijas del que sería luego su abusador.

Este individuo llegó a regalar a la niña un teléfono móvil para comunicarse con ella, y le advirtió de que tenía que tenerlo escondido. Asimismo, «llegó a tener encuentros en varias ocasiones» con la pequeña a la salida del colegio al que iba. Encuentros en los que «le propinó besos en el interior del coche en el que él se desplazaba.

En una ocasión, alrededor de dos meses después de comenzar su contacto, el sujeto fue a la vivienda donde sabía que se encontraba la pequeña, ya que estaba cuidando a una señora mayor de la que habitualmente se ocupaba su progenitora. En aquel domicilio, «tras acceder ambos a un dormitorio, guiado por un ánimo libidinoso, logró convencer a la menor para que mantuvieran relaciones sexuales, llegando a introducirle el pene en la vagina», señala el relato de hechos probados de la sentencia de este caso.

Aun en el supuesto de que la pequeña hubiese dado su consentimiento a la relación, al tener ella 12 años siempre será un abuso sexual con penetración. En España, la edad mínima de consentimiento sexual son los 16 años, tal y como queda establecido en el Código Penal.

Además, en febrero de 2017, el sospechoso llevó a la niña al paraje de La Santa, en Totana, donde «le entregó unos regalos y procedió a hacerle tocamientos en sus partes íntimas, llegando a introducirle un dedo en la vagina».

Cuando el padre de la menor descubrió el móvil que el sujeto le había regalado, dio la voz de alarma. Nada más presentar la denuncia, el individuo fue detenido, y mandado a prisión provisional al día siguiente.

Cuando cumpla la pena de cárcel, este hombre estará en libertad vigilada durante un lustro más. También ha de indemnizar a su víctima con 30.000 euros, por los daños morales que le ha causado, establece la sentencia.