Fueron los dueños del comercio los que dieron la voz de alarma. Las personas que acababan de entrar por la puerta eran viejas conocidas suyas: las habían pillado ya robando, días atrás, y estaban intentándolo de nuevo, detectaron. Por eso llamaron a la Policía.

El suceso tenía lugar esta semana en la localidad de Águilas. En la tienda se presentaron agentes de la Policía Local, que identificaron a los sospechosos. Y sí: llevaban encima productos que, presuntamente, habían cogido del negocio y no tenían intención de pagar.

Según indicaron fuentes policiales, los productos presuntamente sutraídos sumaban un valor aproximado de 300 euros. Como curiosidad: los sospechosos los estaban escondiendo en un carrito de bebé. En vez de a un niño, portaban botellas de whisky.

"Asimismo, en el interior del vehículo utilizado por estas personas se intervinieron gran cantidad de productos sustraídos de diferentes supermercados", detallan fuentes policiales.

Estas personas no llegaron a ser detenidas. Sí se les ha abierto diligencias. Y es que lo que se les imputa es un delito de hurto: lo sustraído no supera los 400 euros. Entre los productos también había aceite, agua y queso.

Parte de los productos recuperados por la Policía se llevaron "a una residencia, a petición del propietario del establecimiento", explica la Policía.