La Policía Local ha reforzado la vigilancia para tratar de dar con la persona que no para de provocar incendios en la ribera del río, indicaron fuentes cercanas al caso.

En lo que va de año, el sujeto en cuestión sería el responsable de más de una decena de fuegos, casi siempre de noche. Fuentes próximas a la investigación confirmaron que todos los incendios son claramente provocados.

El pasado sábado, sin ir más lejos, volvía a saltar la alarma. Servicios de Emergencias se movilizaban para sofocar un incendio de cañas en la rambla del río, muy cerca del canal, en la carretera de Ceutí en dirección Mula, en el término municipal de Villanueva del Río Segura. En aquella ocasión, ardieron casi 3.000 metros cuadrados de cañas y matorrales.

Afortunadamente, el fuego aún no ha producido daños personales, aunque el sábado la alerta se incrementó porque las llamas estaban muy cerca de la carretera. Eso sí, «el daño es ambiental», apuntan las mismas fuentes.

El sospechoso ha actuado, de momento, en zonas que pertenecen a los municipios de Ceutí, Lorquí y Archena.

Dada la situación, la Policía ha puesto en marcha un dispositivo de vigilancia para tratar de pillar in fraganti al individuo en cuestión. Los investigadores no descartan que se trate de un pirómano, y que su afán por ver arder cosas responda a un trastorno.

Expertos recuerdan que, como acción aislada, el hecho de prender fuego (a un contenedor en el casco urbano, a la sierra al aire libre...) trasciende al simple vandalismo y podría conectar con la psicología del individuo que lo hace: no es el acto de un gamberro que se aburre, es síntoma de que ese gamberro lleva un pirómano dentro. La piromanía ('pyrós' significa en griego 'fuego' y 'manía' significa 'locura') es la tendencia patológica a la provocación de incendios. Según detallan los especialistas, se trata de un desorden mental extraño.