La recuperación del complejo donde se encuentra el Molino del Escarambrujo de Lorca, cuyos orígenes se remontan al siglo XIII, servirá para acoger una escuela de hostelería y se convertirá en el mayor atractivo de la cultura del agua, según anunció ayer el alcalde, Fulgencio Gil. Tanto el edificio como sus jardines serán recuperados a través de proyectos de una escuela taller con el fin de que puedan ser visitados durante todo el año, aunque no hay fecha concreta para ello. El inmueble está reconocido como Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de Lugar de Interés Etnográfico.

El Ayuntamiento ha solicitado a la Comunidad Autónoma una subvención de casi 800.000 euros, que irán destinados a financiar las obras incluidas en el proyecto de consolidación del complejo hidráulico, «una de las construcciones más importantes que alberga el municipio dentro del legado patrimonial hidráulico». El primer edil explicó que el Consistorio ha planificado la recuperación, rehabilitación y puesta en marcha de este enclave «con el objetivo de ponerlo a disposición de todos los lorquinos, incluyendo que pueda ser visitado por los ciudadanos que lo deseen».

Uno de los retos principales es conseguir que la zona conocida como Molino de Batán, albergue una escuela de hostelería que sirva para formar a los profesionales del ramo. Se trata, dijo el alcalde, «de una escuela de hostelería que ofrezca formación y cualificación profesional».

Como partes más destacadas del Molino del Escarambrujo hay que destacar el trabajo de sillería de sus arcos, siendo el empaque del edificio con sus ingenios hidráulicos lo más llamativo. Se trata de uno de los ejemplos más significativos de infraestructura de aprovechamiento de los recursos hídricos, cuyos orígenes se remontan al siglo XIII. Dispone de tres casas y se encuentra situado en la pedanía de Río junto a la carretera que conduce hasta La Parroquia.El conjunto cuenta con 20.000 metros cuadrados de superficie.El complejo hidráulico incluye elementos de ingeniería hidráulica utilizados para facilitar la toma de agua de la acequia conocida como de Alcalá. El alcalde anunció en este sentido que «se recuperará el circuito de agua que había en el complejo». Actualmente se encuentra desviado hacia otro lugar.

Sus elementos facilitan la toma de agua a través de la acequia de Alcalá, conocida como de Sutullena, de origen árabe y datada en el siglo XIII. Según la documentación de la que se dispone, el complejo ya estaba construido y en funcionamiento en 1786 reuniendo valores de integridad y autenticidad sobresalientes. Como estructuras principales destacan el Molino del Cubo, el primero que se construyó, al que siguió el Molino de Aceña y por último se incluye el Molino del Batán, construido en el primer tercio del siglo XIX que fue después transformado en vivienda y es donde se pretende construir la escuela de hostelería.

Para el arquitecto redactor del proyecto de reconstrucción, Francisco José Fernández, «el estado actual del complejo es crítico y de ruina». Se van a recuperar los volúmenes y las técnicas tradicionales de construcción y señala que existe una parte de sillería y mampostería importantes. Según el arquitecto «se va a utilizar fábrica y ladrillo visto en su reconstrucción para que el resultado sea lo más parecido posible al estado original». La concejalía de Desarrollo Local pondrá en marcha talleres de formación y empleo que se encargarán de implementar los servicios de fontanería, electricidad, albañilería, jardinería y riego dentro del proyecto de recuperación del Escarambrujo.