Un testigo protegido que había solicitado comparecer con la voz distorsionada identificó al presunto asesino del crimen de Águilas de abril de 2016. Esta persona había solicitado que, en su comparecencia, a través de un biombo, se le distorsionara la voz. Sin embargo, no fue posible atender su petición porque, según el presidente del jurado, carecían de los medios técnicos necesarios.

Así pues, el testigo declaró desde otra dependencia para evitar ser identificado por los dos acusados, concretamente desde la secretaría judicial, en un procedimiento nunca antes visto en la Sala. Para que no se escuchara su voz, la letrada la Administración de Justicia trasladó al testigo las preguntas de las acusaciones y las defensas.

El testigo identificó al presunto asesino y dijo que no tenía la menor duda de que era él, ya que lo conocía al ser ambos vecinos de Águilas y lo vio aquel día a corta distancia. Al ser preguntado sobre cómo podía precisar la hora exacta en que lo vio, añadió que lo recordaba porque había quedado con un amigo para tomar café.