Hace ya tiempo que las oliveras de Cieza cercanas al casco urbano, muchas de ellas de varios siglos de antigüedad, se encuentran en un claro peligro de desaparición. De ellas han surgido millones de garrafas de oliva mollar aliñadas como solo se sabe hacer en la capital de la Vega Alta del Segura. El crecimiento de la ciudad hacia el este, junto al abandono de las explotaciones agrícolas, está haciendo que muchos de estos ejemplares acaben secándose o, en otros casos, montados en un camión de camino hacia tierras muy distantes a las que los vieron crecer.

El Ayuntamiento de Cieza quiere evitar la desaparición total de las viejas oliveras ciezanas y se ha embarcado en un proyecto para reubicar los árboles en otro lugar en el que el crecimiento urbano no suponga una amenaza. La Concejalía de Medio Ambiente, que dirige el edil Antonio Moya, ha pensado en los terrenos del antiguo vertedero del paraje de Los Albares, junto al parque de bomberos de Cieza. Allí hay más de 50 tahúllas de propiedad municipal que se pretenden reconvertir en una especie de jardín botánico en el que puedan replantarse tanto los olivos como otros árboles que, por su inadecuada ubicación, tenga que ser trasplantados.

«Queremos crear un lugar que pueda albergar tanto a las oliveras como otras especies muy ligadas a Cieza, como olmos, álamos blancos o sauces, además de diferentes matorrales y plantas muy presentes en nuestros campos en diferentes épocas del año», destaca el concejal, que puntualiza que tampoco faltará el esparto como una de las especies más extendidas por los montes ciezanos. El proyecto ya se encuentra en proceso de presentación para que pueda ser auspiciado por los Fondos Leader, según ha adelantado Moya. El antiguo vertedero de Los Albares fue clausurado en el año 2002 y, posteriormente, el Ayuntamiento presentó una serie de actuaciones para reforestar la zona, pero la falta de recursos hídricos imposibilitó su desarrollo.