La Guardia Civil busca a tres encapuchados que asaltaron a punta de pistola una farmacia de Abanilla, aunque sin llevarse nada. Se da la circunstancia de que el negocio es propiedad del que fuera diputado nacional, Arsenio Pacheco, quien ayer denunció lo sucedido.

«Mi mujer está temblando todavía», relata Pacheco a LA OPINIÓN, al recordar el suceso, el pasado miércoles, cuando él y su esposa se disponían a cerrar la farmacia, en la calle Miguel Hernández de la citada localidad.

Ahora se encuentran «bien, pero con el susto en el cuerpo», explica. Uno de los asaltantes entró a la farmacia y les apuntó, a él y a su esposa, con el arma. Otro permaneció en la puerta, mientras que el tercero estuvo vigilando por las inmediaciones, tal y como captaron las cámaras de seguridad del establecimiento.

«Dame todo el dinero», les espetó el ladrón que accedió a la farmacia. Al principio Pacheco pensó que era «una broma», admite.

«Yo salí fuera del mostrador, mi mujer se quedó dentro. Él nos estaba apuntando, a uno y a otro», comenta el que fuera parlamentario con el PP.

Entonces el ladrón «se puso a abrir cajones», rememora. Cajones en los que «nada más que había medicinas y documentación», no dinero. En un momento dado, Pacheco escuchó que el hombre que se había quedado en la puerta le hablaba al que estaba dentro. «Vamos, pégales un tiro», le dijo. «Cuando uno oye eso, ni repira. Por si acaso», manifiesta el expolítico popular.

Sin haber encontrado el dinero, los atracadores «salieron muy tranquilamente», cree Pacheco que rumbo a un vehículo que tendrían aparcado cerca. Perpetraron el asalto «en tres o cuatro minutos», calcula el hombre.

A Arsenio Pacheco le preocupa «la seguridad que debería haber en las farmacias», especialmente por la noche, y reclama «una cierta vigilancia» en torno a unos establecimientos que, antaño, asaltaban los drogodependientes «buscando estupefacientes», según especifica.

El Instituto Armado se ha hecho cargo de la investigación y espera identificar y arrestar en breve a los responsables.