La titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Totana, en funciones de guardia, decretaba este viernes el ingreso en prisión provisional sin fianza de Daniel G. F., el autor confeso del apuñalamiento de Año Nuevo. Se investiga un delito de tentativa de homicidio, tal y como informó el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Murcia.

Cuando se entregó en el cuartel de la Guardia Civil, horas después del crimen, Daniel G. F. ya admitió su culpa. Había sido él quien, de madrugada, asestaba una decena de cuchilladas a Carlos Rodrigo M. V., de solo 18 años, tras perseguirlo desde un parque hasta la calle Mayor Triana. Tras dejarlo tirado en un charco de sangre, escapó, y permaneció escondido hasta que, pasadas las nueve y media de la noche, optaba por entregarse a los investigadores.

Desde entonces y hasta ahora, había permanecido custodiado por la Policía Judicial. A su llegada a los juzgados, por la mañana, se veía con Raquel Villalba, la madre de su víctima, que esperaba en la puerta para mirar a la cara al responsable de que su hijo continúe en la UCI del Virgen de la Arrixaca, en estado grave.

En su declaración ante la jueza, Daniel G. F. intentó alegar al principio que actuó en defensa propia, ya que, según dijo, Carlos Rodrigo le habría atacado primero, con una botella de cristal.

Insistió en que, tras recibir el botellazo en la cabeza, fue a su casa a cambiarse y entonces cogió el cuchillo. Al igual que ya habían contado a la Policía Judicial los amigos de la víctima, el agresor confeso afirmó ayer que se dedicó a buscarle por el pueblo, hasta que lo encontró en un bar. Comenzó otra trifulca. Sacó el arma blanca y le acuchilló, señaló.

Luego especificó que no lo había hecho a propósito. A preguntas del abogado de la acusación particular, el conocido penalista murciano Raúl Pardo-Geijo, Daniel G. F. argumentó que su mala relación con Carlos Rodrigo venía de atrás: de hecho, contó que atacó al chico con el cuchillo porque, según él, le había robado. Pero no aquella noche: cinco meses antes.

Al término de la sesión, Raúl Pardo-Geijo señaló que, a la vista de lo declarado por el sospechoso, en su modo de actuar «hay alevosía», dado que «le atacó de forma sorpresiva», sin que Carlos se diese cuenta y sin que supiese que llevaba un arma blanca encima, por lo que, desde su punto de vista, es tentativa de asesinato.

«Me dice, con la mano, que han sido dos», asegura Raquel Villalba, madre del joven acuchillado en Año Nuevo en Totana. Se refiere a los gestos que, desde su cama del Virgen de la Arrixaca, le hace su propio hijo, que sigue en Cuidados Intensivos. La mujer espera que «los guardias» sigan investigando el caso y den con el atacante que falta.

Villalba hizo estas declaraciones a los periodistas en la puerta del Juzgado de Totana, donde esperaba que Daniel G. F., el presunto agresor, pasase a disposición judicial. Lo hizo minutos después. La mujer deseaba entonces que, de ahí, fuese directo a la cárcel. Deseo cumplido.

«Y que se pudra», espeta Villalba, al tiempo que insiste en que los agresores «son dos y el detenido es uno solo».

«Mi hijo está vivo porque es joven y fuerte», subraya la mujer. Es lo que le han dicho los médicos. Recuerda que Carlos Rodrigo sobrevivió a una intervención en quirófano de seis horas.

Ahora el chico, de 18 años, se encuentra «en la UCI, regular, con unos aparatos, no puede hablar», comenta su madre.

Rememora que el día del suceso «a las cinco de la mañana fueron los guardias» a su domicilio de Totana para informarle de lo que había pasado.

«En ese momento me volví loca», relata la señora, que charlaba con su abogado, Raúl Pardo-Geijo, en la puerta de los juzgados, mientras esperaba que llegase, custodiado por la Benemérita, el sujeto que ha mandado a su hijo al hospital.