Habría que remontarse a la segunda mitad del siglo XIX para encontrar algunas referencias al apodo 'carlista' en el municipio de Abarán, donde este clan familiar ha llegado a nuestros días con más de un centenar de allegados directos.

Una semilla sobre la que fueron investigando algunos de sus actuales miembros y que, tras meses de arduo trabajo coordinado a través de un grupo de WhatsApp, consiguieron reunir este pasado domingo a más de 140 'carlistas', algunos llegados desde Italia (donde emigraron hace años) y hasta una mujer de 90 años llegada desde Sevilla, donde reside.

Entre 1872 y 1876 tuvo lugar en España la tercera guerra carlista. Demetrio, el bisabuelo de la nueva generación, era por entonces un niño y tal vez se ganara el apodo jugando a la guerra en el bando carlista. Una teoría inverosímil y tal vez incierta, pero lo que sí sabe la familia es que sus antepasados fueron defensores del carlismo y que este hecho pudo ser decisivo en el nacimiento de este nuevo apodo. Después de la guerra civil, el mote fue un 'pasaporte' para viajar por el país. Iban entonces con un camión. Si alguien les paraba y preguntaba dónde iban, respondían: «Soy carlista», y los caminos quedaban abiertos.

Los hijos de Demetrio 'Carlista' y Liboria, su mujer, también arrimaron el hombro. Continuaron con la empresa de su padre dando viajes con el carro a Murcia, a la Mancha o donde hiciese falta. Con el tiempo cada uno fue tomando un camino. Joaquín se fue a Sevilla a trabajar en una empresa de naranjas.

Benigno, Jerónimo y Antonio continuaron con la agencia de transportes. Luis trabajó en un puesto en la Lonja de Murcia. Mercedes y Teresa ayudaban a su madre en todas sus tareas.

«Siete hijos, 22 nietos, 61 bisnietos más todos los que vienen detrás, forman la gran familia de los carlistas, muy unida y afectuosa, y es para nosotros un honor y una enorme satisfacción encontrarnos en estos días de Navidad para que nunca olvidemos ni quiénes somos ni de dónde venimos», remarca esta gran dinastía familiar abaranera.