Técnicos de la consejería de Cultura y Turismo visitarán las dependencias del Palacete de la Fuente de la Higuera de Bullas para determinar el estado en el que se encuentra el inmueble, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), y tras la elaboración de un informe exigir al propietario la obligatoriedad de protección del edificio como parte del Patrimonio Histórico del municipio de Bullas.

Así lo aseguró la alcaldesa de la localidad, María Dolores Muñoz, tras un encuentro con la consejera de Cultura y Turismo, Miriam Guardiola, y el director general de Bienes Culturales, Juan Antonio Lorca, en el que también estuvo presente el concejal de Cultura de Bullas, Antonio José Espín, donde trasladaron la necesidad de actuación en este emblemático edificio y el estado actual de deterioro en el que se encuentra debido a la falta de actuación por parte de los propietarios.

«Este bien de patrimonio histórico por su relevancia social e histórica y su singularidad necesita protección. Es por este motivo por el que venimos, por tercera ocasión, a pedir a la consejera que hablen con su propietario hagan cumplir la Ley. El dueño del Palacete está obligado a establecer una estrategia de protección para su conservación y no vemos que se esté cumpliendo», afirmaba Muñoz.

El Palacete de la Fuente de la Higuera de Bullas, también conocido como el Palacio de don Fabio, es una joya de la arquitectura modernista inspirado en aromas sevillanos. Reconstruido por orden de Don Fabio Carreño Marsilla sobre el antiguo palacio del conde de Sástago, sus obras concluyeron en 1925, aunque hoy día a penas conserva los elementos que le hicieron ser BIC hace más de 30 años.

En su reconstrucción se cuidaron todos los detalles incluyendo influencias tanto clásicas como neonazarí. Las artes industriales estaban representadas en la forja de los ventanales de la planta baja, las balconadas de la planta primera y los torreones. Contaba con azulejos esmaltados y tejas vidriadas de Sajonia, maderas nobles y mármoles de Carrara, todo ello hoy en gran parte lamentablemente perdido. Disponía, además, de cuartos de aseo con retrete, calefacción central y un sistema de aislamiento en las paredes.

Sin un proyecto firme

En 1936 durante la Guerra Civil, la familia tuvo que huir de Bullas y la casa quedó desprotegida sirviendo de morada al Frente Popular y a otros grupos políticos durante los años de la guerra y posguerra y hasta la fecha nunca más fue habitada. Tanto el palacio como las fincas que lo rodean pasaron a manos de una de las hijas de Don Fabio, quien acabó vendiéndolas a un grupo inversor quien lo dejó en el olvido. En varias ocasiones se ha hablado de su restauración integral pero nunca ha existido un proyecto firme sobre el mismo a pesar de las reivindicaciones realizadas durante años por distintos grupos políticos y vecinos del municipio de Bullas.