La situación en España sobre inmigración ha cambiado de forma considerable de unos años a esta parte, hasta el punto de que la sociedad acepta como uno más al inmigrante que se juega la vida cada día en busca de un mundo mejor.

Así lo indicó a esta Redacción el sacerdote nigeriano, Kenneth Chukwuka, que hace 18 años llegó en patera hasta las costas españolas, después de sufrir durante varios años en sus propias carnes, tanto en Argelia como en Marruecos, el encarcelamiento y los efectos de las mafias que se dedican al tráfico de estas personas.

A principios de este siglo, cuando el padre Kenneth llegó a la península, a los inmigrantes «se les veía como personas que llegaban desde otro planeta», según cuenta, cuando «en estos momentos se les considera como una persona más de la sociedad en la que pretende integrarse».

No obstante, reconoce que la adaptación les supone sufrimiento, pero recuerda que a los españoles les ocurrió lo mismo cuando se tuvieron que marchar fuera del país.

El sacerdote reconoce asimismo que «la integración es difícil, pero se consigue aceptando la cultura del país que te acoge».

A todo ello, según este sacerdote nigeriano que actualmente está al frente de las parroquias del Sagrado Corazón de Jesús, de La Hoya; Santa Gertrudis, en Tercia y Marchena; las ermitas de Aguaderas e Hinojar y ejerce como capellán del hospital Rafael Méndez, «hay que reconocer que la inmigración ha traído y sigue trayendo beneficios para España».

Kenneth Chukwuka acaba de recibir uno de los galardones que otorga cada año la Fundación 'Lo que de verdad importa' en su XII congreso que se ha celebrado en la capital de España, donde ha tenido ocasión junto a otras dos personas y ante más de 2.000 asistentes de exponer la crudeza de su vida desde que salió de Nigeria con la intención de estudiar para abogado en el Reino Unido.

'Lo que de verdad importa' es una fundación sin ánimo de lucro, cuyo objetivo es difundir valores humanos universales en la sociedad en la que vivimos. Tuvo ocasión de hacerlo junto a Sara, «todo un ejemplo de superación que pese a haberle amputado las dos piernas a causa de un accidente, es una gran atleta que ha conseguido varios trofeos para España en los juegos olímpicos de Brasil y Londres». El sacerdote pretende que se desplace hasta la Región a contar su testimonio.

Kenneth Chukwuca, durante el trayecto en patera que le traía hasta las costas españolas y tras diversas vicisitudes vividas en Argelia y Marruecos, donde fue engañado, maltratado y encarcelado, vio cómo los compatriotas que viajaban en otra embarcación próxima a la suya perecían todos ahogados en el mar. Fue entonces cuando dirigió su mirada al cielo y le pidió a Dios que si lo salvaba de aquel infierno se dedicaría a él durante el resto de su vida, como así está ocurriendo, cuando su verdadera vocación era la de ser abogado.

Está convencido de que «si volviera a nacer, volvería a ser sacerdote», y afirma que «aunque no llegué a serlo, ejerzo como abogado porque hablo en nombre de Dios defendiendo los derechos y la justicia para los más pobres y , a la vez, trabajando por la paz». El padre Kenneth, en los pocos momentos de su vida que le quedan libres, los suele pasar con sus compatriotas.

Hace unos días finalizó su participación en un campeonato de fútbol con inmigrantes de varios países, en la capital de la Región, siendo el capitán de su equipo. Al mismo tiempo trabaja con los inmigrantes que profesan la religión católica para que estos días de Navidad se sientan más cerca de sus países y de sus familiares.