Los lorquinos tuvieron ayer una mañana muy movida. Y es que un terremoto de 3,5 grados de magnitud en la escala de Richter y con epicentro a una profundidad de un kilómetro de profundidad que se produjo cuando faltaban dos minutos para las nueve de la mañana, hizo que les viniera a la mente el fatídico día 11 de mayo de 2011, cuando dos seísmos dejaron a la ciudad temblando, nueve muertos y más de 300 heridos. Aunque el seísmo de ayer no causó daños personales ni materiales, se suma a la larga historia sísmica de la ciudad, con temblores relevantes documentados desde el siglo XVI. El terremoto se notó «bastante porque el epicentro se ha situado a un nivel muy superficial. Ha habido una veintena de llamadas pero sin constancia de ningún daño, por lo que hay que continuar con la normalidad». Con estas palabras en una nota de prensa el propio Ayuntamiento llamaba a la normalidad. Pero el susto fue grande, porque coincidió con la entrada de los niños a clase, por lo que se retrasó el acceso a muchos centros, aunque una vez concluido el temblor la actividad docente continuó con normalidad en las aulas.

El alcalde de Lorca, Fulgencio Gil, acompañado de los concejales de Emergencias y Educación, Juan Miguel Bayonas y Francisco Montiel, inició a media mañana una ronda de visitas a colegios e institutos de la localidad. Recorrieron los colegios Pérez de Hita, San José, San Fernando, José Robles y los institutos Ramón Arcas, Ibáñez Martín y Ros Giner. Las clases se reiniciaron en casi todos ellos, aunque algunos colegios de primaria los profesores llamaron telefónicamente a los padres en los minutos siguientes al seísmo para que acudieran al centro a recoger a los niños.

En institutos de secundaria como el Ibáñez Martín las clases se reanudaron a las 10.30 horas, después de que los alumnos permanecieran hora y media en el patio por si se producían réplicas o un terremoto mayor. Solo los directores del colegio San Fernando y el IES Pérez Casas decidieron cancelar las clases por precaución, aunque «no hubo daños en ninguna estructura de los centros educativos de Lorca», explicaron fuentes de la consejería de Educación. Bomberos del CEIS de Lorca, Protección Civil, Policía Local y servicios municipales también estuvieron varias horas revisado calles e instalaciones sin detectar problemas ninguno.

Por otra parte, el arquitecto diocesano Juan de Dios de la Hoz, a petición del obispo de Cartagena, monseñor José Manuel Lorca Planes, visitó en la mañana de ayer los templos lorquinos, sin que se apreciasen daños materiales como consecuencia del terremoto.

Avanzada la mañana, un segundo terremoto se registró unas horas después del de Lorca, se dejó sentir en Alcantarilla, epicentro del movimiento sísmico, y en varias poblaciones limítrofes de Murcia, según la web del Instituto Geográfico Nacional (IGN).

El movimiento telúrico fue de magnitud 2,7 con una intensidad entre dos y tres. Se sintió, además de en Alcantarilla, en pedanías de Murcia, como Sangonera la Verde, Beniaján, Sangonera la Seca, Santo Ángel, La Alberca, La Raya, Algezares, el barrio del Carmen y de San Antonio y El Palmar.

Dentro de la normalidad

Dentro de la normalidadLa sismóloga de la red sísmica nacional, Lucía Lozano, mandó un mensaje de tranquilidad a la población, ya que explicó que este tipo de seísmos entra dentro de «la normalidad», ya que el sureste peninsular es la zona de mayor peligrosidad sísmica y, más en concreto, la falla de Alhama, es que «de las más activas de España». Tiene varias decenas de kilómetros de longitud y va desde Murcia hasta Puerto Lumbreras, pasando por distintos municipios de la Región.

Lozano destacó que en lo que llevamos de año se han registrado terremotos de mayor magnitud, como los de Albudeite (sendos de 3,9 y 3,6) y Caravaca (3,6). Además recuerda que el próximo 29 de enero se cumplirá el décimo tercer aniversario de los seísmos que sacudieron en 2005 las pedanías de La Paca y Zarcilla de Ramos. El principal tuvo 4,7 grados en la Escala de Richter que causó daños a más de 900 viviendas y fue seguido de una serie de réplicas compuesta por más de 300 movimientos telúricos. Tras los de 2005 los dos temblores de la tarde del 11 de mayo de 2011 son los más graves de los últimos años