Agricultores y numerosos vecinos que viven en el paraje de Las Ramblas de Cieza han vuelto a alzar la voz para que el Ayuntamiento y la Confederación Hidrográfica les escuche y que, de una vez, acometan el arreglo del antiguo camino de 'Entre-ramblas', atravesado por la rambla del Judío y que, cada vez que llueve, no puede ser usado. Esto obliga a estos vecinos a tener que dar un rodeo de más de 10 kilómetros. Ayer se concentraron con pancartas entre barrizales.

Esta circunstancia resulta crucial para Joaquina Ortiz y María José Martínez, madres de dos chicos discapacitados que habitan en la zona. «Nuestros hijos, a menudo, precisan de ayuda externa con ambulancias o taxis, sobre todo cuando tienen crisis, y el mal estado que presenta el camino hace que no lleguen al hospital con la premura que sería deseable», dicen estas dos madres, las cuales aseguran sentirse desesperadas. Alertan también de la imposibilidad de los vehículos de emergencia como bomberos o policía para llegar pronto a la zona en caso de emergencia.

Los agricultores también están «más que hartos» de las «largas» que, según dicen, «nos dan continuamente nuestros políticos». Pascual Morcillo, cosechero de melocotones, explica que «ha llegado la hora de que nos escuchen, porque al margen de nuestras exigencias, que lo justifican todo, existe una necesidad para la salud de estos dos hijos que, en cualquier momento, pueden necesitar una ambulancia».

Asimismo añade que «está en la mano del alcalde y de los concejales de Cieza arreglar esto, así como de los gestores de la CHS, por lo tanto tienen que mojarse ellos y que se pongan de acuerdo con los hacendados de la acequia, que no es tan difícil». Han secundado también las peticiones de estos vecinos tanto Santiago Martínez Gabaldón, presidente de Fecoam, como Esperanza Ramírez, miembro de Coag en Cieza. Ambos han instado al Consistorio y a la CHS a que intermedien para llegar pronto a una solución que satisfaga a estas personas.

El Ayuntamiento de Cieza, a través de su concejal de Agricultura, Antonio Moya, aseguró ayer que se trata de un camino de titularidad privada, y que existen vecinos que no quieren firmar para darlo de alta en el catastro del Ayuntamiento. Una vez salvado este obstáculo, y según Moya, debería de ir a Pleno e iniciar otros procesos que concluirían en el arreglo. «Las cosas hay que hacerlas bien, porque si no cometeríamos un delito», dice el concejal.

Además, señala que «se ha reparado la parte de arriba para que, mientras no se asfalta por abajo, puedan llegar al pueblo cómodamente. Ha habido intención de ayudarlos y no entendemos que ahora salgan. Se puede convocar a los medios, pero hasta que ellos no hagan las cosas como hay que hacerlas, no se puede actuar».

Por otra parte, el edil ha descartado un proceso de expropiación, ya que, según afirma, «no hay seguridad de que, finalmente, el juez diga que no, y en cualquier caso sería un proceso de no menos de 3 o 4 años». Moya ha reiterado su voluntad de reparar el camino, aunque advierte de que primero «deben concluir las gestiones que corresponden a los vecinos, tal y como se les ha comunicado en otras ocasiones».