Un pueblo sin memoria es un pueblo sin futuro. El Armisticio de la Primera Guerra Mundial firmado entre los países Aliados y el Imperio Alemán cumplirá mañana, 11 de noviembre, 100 años. El Liceo Francés de Molina de Segura fue escenario de un acto conmemorativo para celebrar el fin de una batalla que duró cuatro años. Puedes ver las fotos de la jornada aquí.

El objetivo del evento era el de «honrar el deber de memoria y mostrar la voluntad de la paz», tal y como señaló su director, Michel Arrazat. «En este día recordamos no sólo la memoria de los caídos, sino a las mujeres y hombres que murieron por la patria francesa», anunció Arrazat. Los alumnos de este centro educativo, ubicado en la urbanización de Altorreal y que respeta las exigencias, programas de enseñanza y objetivos pedagógicos franceses, prepararon un sentido e histórico homenaje, al que también acudieron autoridades políticas y militares, para recordar y honrar a los que dieron su vida en las trincheras. Estaban presentes personalidades como Jean-Michel Oranger, presidente de la Unión Francesa de Antiguos Combatientes Residentes en España (Ufacre); el consejero de Presidencia, Pedro Rivera; el cónsul general de Francia en Madrid, Cédric Prieto, y el cónsul honorífico de Francia en Murcia, Philippe Cazeaux; así como concejales del Ayuntamiento de Molina.

Un coro junto a la banda musical formada por los propios alumnos se encargó de interpretar canciones relacionadas con aquella cruel y horrorosa guerra, como 'Le Soldat' de Florent Pagny o 'Si j' etais né à Leidenstadt' de Jean-Jacques Goldman, así como la lectura de varios manifiestos recordando que la Europa de hoy no debe olvidar la hazaña de los franceses en la guerra y el horror del conflicto bélico. También hubo momentos para recitar poemas de Apollinaire, como 'Le pont Mirabeau', pero sin duda, el momento más emotivo fue cuando se exhibieron las banderas de España, Francia y la Unión Europea. Tras un minuto de silencio se escucharon el himno nacional español, el himno europeo (Novena Sinfonía de Beethoven) y se cantó La Marsellesa, el himno nacional de Francia.

Cédric Prieto recordó los horrores de la última fase de la guerra, y añadió que entre 1910 y 1918 se llegaron a movilizar hasta ocho millones de franceses: «Por primera vez en la historia de Francia las distintas clases sociales se unían, desde campesinos hasta burgueses». Por su parte, el consejero Rivera aseguró que el acto fue «entrañable» y destacó que siempre se emocionaba al escuchar «cómo los franceses sienten y cantan La Marsellesa».

Asimismo señaló que tanto la Primera Guerra Mundial como la Segunda se produjeron por culpa de los nacionalismos, «algo que hoy en día sigue presente». «No podemos consentir que esta lacra siga expandiéndose por Europa, porque los pueblos que no recuerdan su historia están condenados a repetirla», añadió Rivera. El cónsul honorífico en la Región quiso dar las gracias a la dirección, profesores y alumnos del Liceo, y para terminar el acto Jean-Michel Oranger le entregó al director del centro una medalla de honor por los valores franceses que transmite el centro.