La Mesa del Congreso de los Diputados ha recibido la Proposición de Ley por la que se solicita al Gobierno de España que condone la parte de intereses que corresponde por la devolución de ayudas a los afectados por los terremotos de 2011, algo que ya ha hecho el Gobierno Regional, según explican la diputada nacional, Isabel Borrego y el alcalde de Lorca, Fulgencio Gil.

La iniciativa reclama que el Gobierno Central siga la línea establecida en este sentido por parte de la Comunidad Autónoma, que ya ha aprobado una propuesta al respecto para contribuir a ayudar a las familias que recibieron ayudas públicas tras los seísmos. La medida afecta a más de 2.000 familias de las cuales ya se han practicado un total de 742 autoliquidaciones que también devengan intereses.

El problema, según el alcalde, «no se debe a la inacción de los beneficiarios, sino que se genera por la propia dilación de los diversos procedimientos incoados» . Recuerda que la gravedad de los terremotos y sus secuelas económicas y sociales, aún transcurridos más de siete años de los mismos, requieren que de forma excepcional y extraordinaria, se facilite una solución a esas 2.000 familias que deben justificar total o parcialmente las ayudas recibidas en su momento.

Lo que se solicita con la modificación del artículo 8.3 del Real Decreto-ley 6/2011, de 13 de mayo, es que el Gobierno de España renuncie a los intereses y penalizaciones por demora de las ayudas públicas derivadas de los seísmos, tal y como ya ha hecho el Gobierno Regional. La cifra que se baraja aunque no es definitiva, está en torno a los 400.000 euros por ese concepto, según Isabel Borrego.

Por otra parte, Gil planteará en la Mesa del Soterramiento que se reunirá mañana, instar al Gobierno Central para que ejecute el proyecto de soterramiento del ferrocarril a su paso por el casco urbano, tal y como figura en la iniciativa que hace unos meses presentó ante los agentes sociales del municipio el entonces ministro de Fomento, Íñigo de la Serna. Lo que quiere la sociedad lorquina, según asegura Gil, «es el soterramiento del ferrocarril a su paso por el casco urbano de la localidad».