Las olmedas de Cieza, que hasta hace pocos años eran de las mejores conservadas de toda Europa, languidecen por momentos. La última en pedir auxilio, del que se ha hecho eco Ecologistas en Acción a través de su perfil de Facebook, ha sido la olmeda de Ascoy, cuyos ejemplares, algunos de ellos de gran porte y casi centenarios, han muerto en estos últimos meses.

Mientras que la histórica olmeda del Maripinar va perdiendo ramas, poniendo en peligro la vida de los que circulan por la carretera que la alberga, y sigue sufriendo plagas que la van debilitando, la de Ascoy, con casi 50 árboles, va desapareciendo poco a poco.

El reiterado ataque de la galeruca, un gusano que actúa en épocas de sequía y que seca las hojas, amenaza a esta reserva de olmos con desaparecer en un espacio corto de tiempo. El Ayuntamiento de Cieza aprobó en el Pleno municipal hace más de un año instar a la dirección general de Medio Natural a que se realice la poda urgente y el tratamiento efectivo de la olmeda del Maripinar y la de Ascoy, así como a los olmos que se sitúan en la Cañada de la Horta.

Se pretendía la conservación de estas reservas arbóreas y también, en el caso del Maripinar, la seguridad de las fincas colindantes, de los usuarios de estas y del tráfico rodado y pedestre de la carretera comarcal donde se sitúa este arbolado.

Verano tras verano, las olmedas del Maripinar y de Ascoy sufren varias epidemias que provocan la caída de sus hojas y, posteriormente, «estas agresiones provocan un deterioro general en el árbol», señala el edil independiente José Luis Vergara, que ha advertido del peligro de caída de ramas, sobre todo en el Maripinar. El concejal independiente ha aseverado que las olmedas de Cieza «vienen sufriendo en los últimos años un considerable incremento de la plaga producida por el insecto galeruca, que a menudo deja interrumpida la fluidez de la savia y ataca desmesuradamente toda la foliación de los árboles; todo unido a un estrés hídrico de gran magnitud por la sequía».