La Cabalgata Tradicional del Vino, que fue recuperada hace más de una década por la Federación de Peñas Fiestas de la Vendimia y el Ayuntamiento de Jumilla, superó anoche la amenza de lluvia y sacó a la calle una veintena de carrozas en las que se mostraban motivos alegóricos del campo, del agricultor, de la vid y del vino. Más de dos mil peñeros, ataviados con el traje típico de la localidad, fueron repartiendo vino, bocadillos, embutidos y dulces típicos (sequillos y pirusas) a las miles de personas que abarrotaban las principales calles de Jumilla.

El principal atractivo de esta cabalgata tradicional se centra en que los peñeros suelen repartir el vino como se hacía tradicionalmente, es decir, con botas u utensilios característicos utilizando para ello la elegancia y moderación a la hora de servir vino para disfrute de los visitantes.

La peña 'La Uvica Monastrell' sacó como motivo en las carrozas una botella gigante de vino, mientras que 'La Cepica' lo hacía con la representación de un agricultor montado en bicicleta preparado para las tareas agrícolas. Los toneles de vino, instalados a las diferentes entradas a la ciudad de Jumilla, fueron recogidos por la Peña 'La Horica del Cigarrico' y la peña 'Las Pirusas' participó con una zaranda gigante que se utilizaba para separar el arroz.

Una J (símbolo de la Denominación de Origen Vino Jumilla) estuvo presente en este desfile de carrozas, en la que no faltaron maquetas relativas a la Fuente de la Jarra, una casa antigua con una bodega o una botella de vino forrada de esparto. Las cien marcas de vino de la Denominación Vino Jumilla estuvieron representadas por una carroza que sacó en el desfile un sacacorchos. Durante la cabalgata del vino no pasó desapercibida la frase del periodista Luis del Olmo, que en su pregón del año 2017 dejó escrita la frase: «En Jumilla se bebe la vida y se vive el vino».