La Audiencia Provincial de Murcia ha condenado a un matrimonio y a su hijo por tráfico de estupefacientes y atentado a la autoridad. Aunque la sentencia ha salido ahora, y aún cabe recurso, los hechos que se han juzgado ocurrieron en octubre de 2010, hace casi ocho años.

El hombre tiene ahora 62 años, la mujer tiene 67 y el hijo de ambos 37 años de edad.

El tribunal explica, en su relato de hechos probados, que la pareja y su vástago se dedicaban a la venta de droga en su domicilio, ubicado en un barrio de la Ciudad del Sol «marginal, con viviendas sociales tipo dúplex y núcleos de chabolas», algo que «hace más fácil la vigilancia por parte de los vendedores de drogas y dificulta el control por parte de las Fuerzas de Seguridad».

Y no sólo hacían negocios ilícitos en su saca: «en ocasiones utilizaban para la venta el dúplex que en el que residían su hija y el marido de esta, en la misma calle, sin que quede constancia de que estos supiesen el uso que se le estaba dando a su vivienda».

Cuando la Policía Nacional tuvo conocimiento de las actividades de estas personas, se montaron «varios dispositivos de vigilancia». Los agentes pudieron ver cómo los acusados vendían papelinas de heroína a diferentes personas.

Después de que el Juzgado de Instrucción de Lorca autorizase la entrada y registro de las dos viviendas, los agentes que se desplazaron al lugar encontraron nueve papelinas de heroína y cinco de cocaína. Estaban dentro de un recipiente de plástico, preparadas para ser vendidas.

El total de las sustancias intervenidas tenía un valor de poco más de 200 euros en el mercado, apunta la sentencia.

Lo que pasó fue que «en el momento de ir a realizarse la entrada y registro, los acusados se encontraban en la puerta de su vivienda y, al ver llegar a los agentes, empezaron a proferirles insultos y amenazas», detalla el juez.

El hombre, en concreto, les dijo que «los iba a matar». Su esposa y su hijo «empezaron a insultar y a amenazar con más agresividad» todavía a los policías, prosigue el relato de hechos probados.

En un momeno dado, la señora «cogió un tronco de madera que había junto a su vivienda y se fue con él hacia los agentes para golpearlos con éste, teniendo que ser reducida para evitar males mayores». Mientras, el hijo, que tenía entonces 29 años, «cogió a su padre e intentó meterlo en su furgoneta para llevárselo del lugar» y, cuando los policías intentaron impedírselo, «empezó a forcejear con éstos, a la vez que los insultaba y amenazaba, hasta que consiguieron reducirlo».

Los tres fueron arrestados. Además, la Policía halló en el comedor de una de las casas registradas un revólver en buen estado de funcionamiento, aunque ninguno de los acusados tenía licencia para poseer armas. En cuanto al dinero que había en el domicilio, ascendía a 170 euros.

Tanto el padre como la madre y el hijo de ambos han sido condenado a un año por tenencia ilícita de armas, a seis meses más por atentado a la autoridad y a un año y medio más por un delito contra la salud pública.

La Audiencia ordena que se destruya la droga intervenida.