Como si se la hubiese tragado la tierra. El próximo viernes, día 17, se cumplirán cinco meses desde que se perdió el rastro de Petra Lara, la vecina de Molina de Segura que un día salió de su domicilio y se esfumó.

A Petra se la buscó en el río, en batidas por su pueblo, en las grabaciones de las cámaras de seguridad de cajeros y negocios cercanos (salía en una, pero no se veía bien hacia dónde echaba a caminar y fue en vano). Nada. Ahora mismo, no hay dispositivo oficial para tratar de localizarla. Pese a los esfuerzos de la Policía Nacional por tratar de dar con alguna pista que lleve hasta el paradero de la señora, y de las batidas que montaron voluntarios, la realidad es que no se sabe nada.

Petra es madre de dos hijas y abuela de cuatro nietos. Originaria de Santiago de la Espada (Jaén), su familia dice que, cuando se fue de su casa el 17 de marzo, lo hizo sin dinero ni abrigo. Se la llegó a buscar por Sierra Espuña, Pedro Ponce y Peña Rubia.