Los novillos de Monteviejo trajeron la emoción y por consiguiente el peligro en la primera de la Feria de Blanca, donde resultaron prendidos los dos novilleros acartelados.

Vitorino presentó una novillada muy fuerte con cuajo y muy astifina, especialmente en la segunda parte del festejo.

El novillero murciano José Manuel fue cogido en el tercero de la tarde, de nombre Ganderote, marcado con el número 44 y astifino, al que el de Alquerías endosó dos largas cambiadas para lancear después con gusto hasta parar en los medios, donde remató con una revolera. En la suerte de banderillas, y en el tercer par, justo en el embroque, fue prendido por el novillo. En el suelo le corneó en el muslo derecho. Según el parte del doctor Pedro Galindo, sufrió una cornada en la cara anterior del muslo derecho con entrada y salida, que le atravesó el cuádriceps sin desgarro arterial. Fue trasladado al Hospital Virgen de la Arrixaca, por lo que hace peligrar su presencia en Madrid.

El segundo suceso de la tarde sucedió en el cuarto, cuando Juan Carlos Benítez se salía de la cara del toro después de realizar su faena con el capote. Sufrió una cornada en el muslo izquierdo, donde confluye el paquete vasculo-nervioso femoral. Con pronóstico grave fue trasladado también hasta el hospital murciano.

Antes, había abierto el festejo José Manuel con una larga cambiada para proseguir con unas ceñidísimas verónicas. Colocó banderillas con suerte dispar, destacando el último; citando de rodillas y con banderillas cortas.

Con la muleta saludó primero para llevar a cabo una tanda de ocho muletazos en redondo, de rodillas, siendo muy aplaudido por el público. Desde este momento la faena entró en una fase sin brillo, ante un novillo que fue fiel a su legendaria sangre: Vega Villas, en la que llegó al último tercio desfondado y a medio embestir. Cerró la faena con unas luquesinas sin calar en el público. Concluyó de media estocada trasera que fue suficiente.

El segundo novillo salió a todo trapo. El malagueño Juan Carlos Benítez anduvo un poco frío con el capote, quedando inédito en la suerte. Invitó a poner banderillas al sobresaliente Alfredo Parra, estando ambos apunto de ser prendidos. El novillo más grande que su hermano desarrolló mucho sentido, con un ojo en el engaño y otro en el torero, por lo que las embestidas eran compartidas entre la franela y el diestro, resultando muy difícil sacarle faena. El malagueño, tras varios intentos, optó por coger la tizona y concluir con estocada.

Tuvo que intervenir el sobresaliente Alfredo Parra, quien se limitó a rematar la faena del cuarto toro de la tarde.