Ocurría a primera hora de la tarde del jueves en el paraje de la Decarada, en Yecla. Ardieron dos hectáreas que estaban muy cerca de casas de campo, aunque, por la rapidez y pericia con la que actuaron los bomberos, el fuego no llegó a las viviendas.

No se trata de un pirómano: fue un hombre de 80 años quemando rastrojos que tuvo un descuido, explican fuentes cercanas al caso. Se movió aire y comenzó el incendio, señalan fuentes cercanas.

Cerca de una de las viviendas que hay en la zona empezaron a arder unos cipreses que hay junto a la valla, explicaron testigos de los hechos. Hubo un momento en el que las llamas iban a extenderse a una pinada, pero los bomberos controlaron el fuego.

El hombre responsable del fuego sufrió un ataque de ansiedad y se quedó llorando, de pensar que podría haber provocado una desgracia mayor.

Al lugar se desplazaron, asimismo, agentes de la Policía Local de Yecla. Del caso se informarará ahora al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) del Instituto Armado.

En el caso de quema de rastrojos o restos vegetales, se debe solicitar la autorización previa necesaria y seguir una serie de indicaciones para evitar un desastre natural y poner en riesgo la propia seguridad de la persona. Se recomienda no ejecutar las quemas en los días de viento o cuando exista una sequía acusada, como pasa em la Región. Asimismo, la quema debe estar vigilada en todo momento y es recomendable hacerlo en montones pequeños de restos, siempre, teniendo al lado los mecanismos adecuados para sofocar el fuego.