El coordinador de IU-Verdes de Cieza y actual concejal de Urbanismo, Francisco Saorín, anunció ayer que su grupo va a proponer en el próximo Pleno el inicio de un expediente de reintegro 'por alcance' contra los concejales del Partido Popular que votaron a favor de la aprobación de este convenio urbanístico con Ciezagolf, «a sabiendas de su inviabilidad al carecer de los recursos hídricos necesarios para su desarrollo.

Tras la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Murcia por la que se condena al Ayuntamiento de Cieza a devolver 600.000 euros a la mercantil Cieza Golf S.L. al declarar nulo el convenio urbanístico suscrito con la empresa, el coordinador de IU-Verdes de Cieza, Francisco Saorín, compareció ayer en rueda de prensa, acompañado por la edil local de la federación de izquierdas, Nerea Martínez, para anunciar que su grupo va a presentar una iniciativa para que el Pleno acuerde el inicio de un expediente de reintegro por alcance, como paso previo a la interposición de una demanda por responsabilidad patrimonial, contra el exalcalde de la localidad, Antonio Tamayo, y contra los exconcejales del PP que votaron a favor de la aprobación de este convenio urbanístico, aún a sabiendas de su inviabilidad por carecer de los recursos hídricos necesarios para su desarrollo, tal como ha fallado el tribunal. En el pleno en el que se aprobaron los convenios, el PSOE se abstuvo.

Saorín recordó que «el origen de estos desmanes está en una disparatada política urbanística practicada por el PP por la que se aprobó la recalificación de 20,5 millones de metros cuadrados de suelo rústico a urbanizable mediante convenios urbanísticos 'suscritos a la carta' con distintas mercantiles, con el fin de construir 34.663 viviendas y cinco campos de golf con una población previsible de 107.231 nuevos habitantes en el municipio». Asimismo, comentó que «en los años del ladrillo», IU, con José María Rodríguez como único concejal, fue la única fuerza política que se enfrentó a las recalificaciones urbanísticas por disparatadas e inviables; unas recalificaciones que no tenían otro fin que la especulación, que fueron «el cáncer de la corrupción» y que concluyeron con un PGMO «diseñado a golpe de talonario» que no trajo más que ruina a Cieza.