Dos hombres, cuyas identidades y edades no han sido facilitadas, se enfrentan a un proceso judicial porque, presuntamente, maltrataron y dejaron sin alimento a una galga, propiedad de uno de ellos, indicaron fuentes cercanas a la investigación.

El caso sigue su curso en los juzgados, después de que se presentase una denuncia ante la Benemérita. Uno de los investigadores era el dueño de la perra (ahora la ha cedido a una protectora). El otro, su cuidador mientras el hombre se fue de viaje.

Saltó la voz de alarma cuando la perra, una galga, fue encontrada vagando por las calles de la Ciudad del Sol.

Presentaba un evidente estado de desnutrición. Además, cuando fue examinada por veterinarios, estos descubrieron que la perra tenía leishmaniasis (una enfermedad parasitaria grave) y que no recibía tratamiento alguno para intentar curarla.

La persona que encontró a la galga fue quien denunció lo que pasaba. Y al dueño se le localizó enseguida porque la mascota llevaba el microchip.

Se implicaron en la recuperación de Bella (así se llama el animal) la Benemérita, la Policía Local de Lorca, una protectora de la Región especializada en galgos y el despacho de abogados De Animals, dirigido por la letrada Raquel López Teruel.

Precisamente gracias al trabajo de mediación de esta abogada, el dueño de la perra la cedió a la protectora. Esto significa que el animal ya puede ser adoptado por una nueva familia. Si no hubiese sido así, la perra se vería atrapada en un procedimiento judicial que puede durar meses, incluso años. Y en la protectora en la que se han hecho cargo de ella no habrían podido empezar a buscarle un nuevo hogar, ya que, oficialmente, seguiría siendo del imputado por maltratarla.

Actualmente, el Código Penal español establece que, quien maltrate a un animal que esté domesticado o amansado, puede ser condenado como máximo a 18 meses de cárcel.

En la Región de Murcia, abogados y Fiscalía manifestaron recientemente que les gustaría que hubiese penas más duras para el maltrato animal, una lacra contra la que cada vez hay más conciencia social.

Bella va ganando peso y se está recuperando. No parece la misma perra a la que encontraron, esquelética, por las calles de Lorca. Ahora está en tratamiento para la leishmaniosis canina, una dolencia causada por un protozoo microscópico. Ahora mismo, la galga vive en las instalaciones de la protectora. Busca hogar. Cuando se recupere del todo, necesitará mimos y caricias por parte de humanos que no le hagan daño.