La situación de los policías locales de Mazarrón (que, desde 2016, vienen insistiendo en que el Ayuntamiento les debe dinero) ha llegado a un punto en el que «prácticamente, no atendemos más que lo urgente», reconoce Cristóbal García, funcionario de la Policía Local en la localidad y delegado sindical por el CSI-F.

Y lo urgente es, por ejemplo, el accidente de tráfico que tuvo lugar el martes por la noche en el Puerto, en el que se vieron implicados un turismo y un ciclomotor; o la riña multitudinaria del lunes por la noche, cuando varios miembros de una familia acabaron pegándose con una pareja de toxicómanos después de que uno de ellos, presuntamente, increpase a una menor de edad.

«Lo que está pasando es que el Ayuntamiento no quiere reforzar los servicios, porque no paga a sus trabajadores», insiste Cristóbal García. Esta situación no es nueva: es la misma que llevó a los funcionarios a acampar el año pasado, primero en la puerta de la Casa Consistorial y luego en el Puerto. En marzo de 2017, el Pleno acordaba abonar las horas extraordinarias a todos los funcionarios excepto a los policías locales. Los agentes afectados (hay 55 personas en plantilla) aseguran que llevan años viendo cómo sus nóminas no son las que les corresponden por convenio.

«Yo vengo a trabajar si tú me pagas». Es lo que alegan los municipales, subraya el delegado del CSI-F, a lo que añade que «la gente no está dispuesta a irse a un juzgado para reclamar una hora extra: prefiere no hacerla».

A juicio de García, los policías de Mazarrón tienen la sensación de que «el Ayuntamiento es incapaz de dar solución a nuestros problemas». Esto da lugar a que una noche cualquiera haya en la calle, comenta, dos patrullas (cuatro agentes en total). «En circunstancias extraordinarias, salen cuatro patrullas», apostilla.

La Policía Local «no da abasto», remarca, lo que implica también que vendedores del top manta, que se instalan en el paseo, «campan a sus anchas». Preguntado por si los municipales han pensado en volver a montar una acampada como la de 2017, García responde que no, ya que, de momento, se centran en «reclamar por vía judicial».

Mientras tanto, muchos residentes y turistas (en verano, se incrementa la población de esta localidad costera) sienten que viven en una auténtica «ciudad sin ley», aseguran a este periódico. Afirman, por ejemplo, que los ruidos de los bares son insorportables y se alargan hasta bien entrada la madrugada, sin que se cumplan horarios legales. Asimismo, explican que en Bolnuevo hay plagas de cucarachas.

Esta redacción preguntó al Ayuntamiento por este asunto, sin obtener respuesta.

Mazarrón celebró ayer su Junta Local de Seguridad, a la que fueron el delegado del Gobierno, Diego Conesa, y la alcaldesa, Alicia Jiménez. Allí sí se habló de top manta. «Se le ha notificado al Jefe de la Policía Local una mayor intensificación de las actuaciones de la patrulla en las zonas de mayor incidencia», señaló el Ayuntamiento en una nota. Según el Consistorio, ha bajado la criminalidad en el pueblo: «de enero a mayo el número de delitos, tanto leves como graves, descendió en más de un 11% en relación al mismo periodo del año anterior».