Llantos, gritos de desesperación (el «no puedo» en bucle que lloraba una mujer, que se dejaba caer, derrumbada, en un paso de cebra, y era asistida por dos familiares que la sacaban de la carretera) y dolor en bruto copaban este lunes por la mañana las puertas de los juzgados de Lorca, donde declaraba la joven acusada de matar de una cuchillada a su hermano mayor el sábado en una casa del paraje de El Cocón, en Águilas, donde estaban de vacaciones con familiares y amigos.

Agatha A. A. llegaba esposada y en un coche de la Guardia Civil, del cual bajaba sollozando. «Yo no quería, era mi hermano», aseguraba la chica, de 18 años, que trataba de abrazar a sus parientes, congregados allí para esperarla y mostrarle su apoyo. Y es que sus familiares están convencidos de que la joven de verdad no tenía intención de acabar con la vida de su hermano mayor, Wellington, de 27 años. Que fue, consideran, no sólo un arrebato, sino un acto en defensa propia.

Así lo detallaba ante los medios de comunicación un joven que se identificaba como hermano de la pareja de Agatha, y que contaba que él estuvo presente en la casa de El Cocón donde ocurrió todo. «Primero discutieron por una partida de póker», señaló el joven, que aseguró haber visto cómo Wellington empujó a su hermana pequeña, la cual «cayó al suelo y se golpeó la cabeza en el hormigón», por lo cual quedó inconsciente. Al volver en sí, siempre según la declaración de este testigo (que también compareció ya ante la Benemérita), la chica se levantó, «se metió para adentro, cogió un cuchillo y se metió para la habitación», donde, presuntamente, mató a su hermano de una cuchillada en el pecho. Este testigo afirma que fue él quien le quitó el cuchillo de la mano a Agatha, cuando ya le había dado la puñalada mortal en el pecho a su hermano. «Yo no sé cómo pasó realmente, pero sé que ella no tenía intención de hacer eso. Lo sé porque la conozco muchos años», subrayó. Este chico llegó a decir que la víctima, después de ser apuñalada, estuvo «diez o quince minutos» todavía «pegándole y pegándole» a su hermana, «hasta que le quedaron fuerzas, hasta que no pudo más. Y fue cuando lo sacamos fuera y le pusimos toallas (en la herida), pero ya había perdido mucha sangre», aseveró. «Se querían mucho, esto ha sido un hecho aislado», cree este joven, que también apunta que la sospechosa ha intentado suicidarse en dos ocasiones recientemente.

Ante el juez, la acusada admitió que fue ella quien acabó con la vida de Wellington, pero aseguró que no tenía intención de hacerlo. Tras escucharla, el titular del Juzgado de Instrucción Número 4 de Lorca la mandaba a prisión provisional, por un delito de homicidio.