La Guardia Civil investiga la muerte de un hombre de 82 años de edad, de nombre Manuel, cuyo cadáver era encontrado ayer por la tarde en un paraje de Caravaca de la Cruz, indicaron fuentes cercanas al caso.

Ocurría a primera hora de la tarde de ayer, en el paraje de Fuente Álamo, a unos tres kilómetros de la población de Archivel. En concreto, en el patio de un caserío de la zona muy próximo a las RM-702 que conecta Archivel con la carretera de la Puebla de Don Fadrique, ya en Andalucía.

Una persona alertaba al Centro de Coordinación de Emergencias de que había un anciano (su tío) tirado en el suelo e inconsciente. Según el hombre que llamó al 112, su tío se encontraba segando hierba y pudo herirse a sí mismo con la hoz que llevaba. Al lugar se desplazó una unidad médica de emergencias, cuyos sanitarios confirmaron el fallecimiento de Manuel T. y detectaron que el cadáver presentaba cortes en la cara, al parecer hechos con la citada herramienta de labor.

Efectivos de la Policía Local de Caravaca de la Cruz y de la Policía Judicial (movilizada desde Murcia) acudieron a la zona. El sobrino del difunto reiteró, ante los investigadores, que Manuel se encontraba segando en el patio del caserío y montando unas balas de paja cuando se cortó.

La pedanía caravaqueña de Archivel se conmocionaba conforme iba conociendo la noticia del fatal desenlace de Manuel, vecino muy conocido en la pedanía.

A la espera de la autopsia, varias hipótesis sobre la mesa. Una que alguien entrase al caserío, con intención de robar, y atacase al anciano. Fuentes próximas al caso subrayaron que el caso se investiga como un homicidio, aunque se ha de esperar a lo que diga el forense. En el caso de que la autopsia confirme ensañamiento, sería un asesinato.

Aunque por turno de guardia será el juzgado número 1 de Caravaca el encargado de instruir el caso, fue la titular del número 2 la que se personó en el lugar para ordenar el levantamiento del cadáver. Pasadas las cinco y media de la tarde, los restos sin vida de Manuel T. eran trasladados hasta el Instituto de Medicina Legal, donde le será practicada la autopsia que ayudará al Instituto Armado a esclarecer el suceso, pues determinará la causa de la muerte de este vecino.

Mientras se procedía al levantamiento del cadáver, los familiares del finado se abrazaban en un camino cercano al caserío, incrédulos de lo que estaba sucediendo. Según explicaron algunos vecinos, Manuel, que aseguran que no tenía enemigos, iba prácticamente todos los días hasta el paraje de Fuente Álamo para dar de comer a los animales (pollos y conejos) que tenía en la granja.