En el día de su 100 cumpleaños recibió el cariño de sus vecinos y el homenaje unánime del consistorio de su ciudad. Una tierra de la cual nunca debió salir, y menos exiliado, ante el silencio de una sociedad que tuvo que vivir callada durante más de cuarenta años. Juan Aznar nació el 5 de julio de 1918, en la pedanía de Barranda. El deportado caravaqueño formó parte del ejército republicano durante la Guerra Civil Española y en 1939 se exilió a Francia, donde fue recluido en varios campos de internamiento (Bacarès y Saint-Cyprien).

El inicio de la Segunda Guerra Mundial provocó que Juan fuera capturado por las fuerzas nazis y enviado a un campo de prisioneros, para finalmente ser deportado al campo de concentración de Mauthausen el 13 de diciembre de 1940, con el número 4.597. Fue liberado por el ejército americano en 1945, tras sobrevivir a cinco años de torturas y trabajos forzados durante su cautiverio.

Durante la intervención de los portavoces de IU-Ganar Caravaca, Ciudadanos, Partido Popular y PSOE en el consistorio se puso de manifiesto el agradecimiento «a luchadores como Juan Aznar, porque gracias a su sacrificio hoy podemos vivir en libertad y tener lugares de debate político, donde está representada toda la ciudadanía sin exclusiones».En el acto también estuvieron presentes los nietos del homenajeado quienes agradecieron el interés puesto por el consistorio en que su abuelo viera una vez más la tierra que lo vio nacer.

El alcalde de Caravaca, José Moreno, encargado de cerrar el acto, comenzó recordando al resto de caravaqueños que estuvieron presos en el campo de concentración de Mauthausen. Moreno puso de manifiesto que «con este acto reconocemos a los que sufrieron la barbarie nazi como castigo a su compromiso con la libertad para que su lucha y sacrificio permanezcan en nuestro recuerdo y en el de generaciones futuras».