No se ve prácticamente nada y lo que debería verse está enterrado bajo las viviendas que hoy componen Librilla. Desde el puente que cruza la rambla del Orón a su paso por la localidad, hay que afinar la vista para localizar, semiderruido y parcialmente enterrado por escombros y maleza, el torreón que un día formó parte de la muralla y el castillo musulmán de Librilla. De esta antigua fortaleza se conservan, en la actualidad, algunos restos visibles de sus murallas y torreones defensivos (llegaron a ser siete); de estos últimos se conserva uno perfectamente visible y, quizás, los restos de dos más, aunque ocultados o desdibujados tanto por las edificaciones en torno a la rambla de Librilla como por «la vegetación existente en la parte superior de la pared del barranco que sobre ellos se sitúan», explica José Antonio Rodríguez, arquitecto municipal.

Ante esta desoladora imagen de la historia de la localidad, el Ayuntamiento de Librilla ha preparado un ambicioso proyecto para recuperar, en una primera fase, el torreón de la muralla que está en un «estado lamentable». Este proyecto, que ya cuenta con una subvención de 40.000 euros gracias a los fondos LEADER, prevé la reforma y adecuación de los accesos peatonales al torreón que, además, servirán para poder realizar labores de mantenimiento futuras, incluso continuar los trabajos de recuperación de otros trozos de la muralla que pueden estar ocultos bajo la maleza.

«No será tarea fácil», subraya a esta Redacción la alcaldesa de Librilla, María del Mar Hernández. Muchos de los elementos que componen la fortaleza, como la muralla, están dentro de los patios de muchos vecinos, «por ello queremos realizar un proyecto de custodia del patrimonio», destaca. Ayer mismo, señala, el Ayuntamiento presentó el proyecto a la convocatoria nacional que realiza el Ministerio de Fomento de «ayudas para financiar trabajos de conservación de bienes inmuebles del Patrimonio Histórico Español, dentro del ´Programa 1,5% Cultural´».

Un mirador para el torreón

El objetivo final es construir un mirador en el entorno del torreón, para lo que hará falta crear un acceso desde la calle Emilio García Reyes. Se vaciarán los distintos estratos de tierras acumuladas alrededor del torreón y hasta las edificaciones existentes, «siempre con metodología y supervisión arqueológica», explica el arquitecto municipal. En las zonas que se estiman pueden aparecer restos de la muralla se realizará una excavación arqueológica para intentar localizar la muralla, cimentación o trazas de las misma. Además, se repondrán las zonas de muro que se hayan perdido y que puedan suponer un problema para la estabilidad del torreón, así como se consolidará las paredes de la torre y la muralla, «impermeabilizándolas para evitar su deterioro». Este torreón está catalogado como Bien de Interés Cultural.