Era un proyecto que llevaba años fraguándose pero que no terminaba de ver la luz. El barrio de Los Molinos de Mula, uno de los más antiguos de la localidad y uno de los espacios con mayor historia en el municipio estaba abocado al abandono. Los vecinos han visto cómo, durante décadas, las casas iban quedándose vacías y la falta de inversión acababa dejándolas en un estado ruinoso y lamentable acabando, muchas de ellas, convertidas en solares. Fue hace tan sólo unos meses, después del frío invierno cuando los vecinos apostaban por revalorizar su identidad como barrio y se unían constituyendo una asociación vecinal en defensa del patrimonio del Barrio de Los Molinos.

El primer paso que daban era recuperar el salón vecinal del antiguo lavadero como punto de encuentro. A raíz de esta puesta en valor y con la ayuda tanto de la administración local como de los propios muleños han creado un huerto ecológico y un semillero de especies autóctonas que, además de entretener a los mayores, enseñar a los más jóvenes y obtener frutos, es el principal incentivo para que se impulse la unión vecinal.

Juana, Alfonso, Fina, Manolo o Josefa han puesto todo su empeño y conocimientos para poner en marcha este huerto que cuenta con diversas plantaciones de las que no paran de recoger hortalizas y verduras. «El huerto nos da una gran energía y nos sentimos muy orgullosos del trabajo que hemos hecho. Primero con la adecuación del espacio y después cada uno aportando lo que sabíamos sobre la huerta y la agricultura», afirma Juana, que al igual que Josefa miman las tomateras o los pepinos.

Los vecinos han realizado un excelente trabajo y en su huerto se pueden encontrar cebollas, lechugas, alubias, rábanos, guisantes, melones y sandías, maíz o calabacines. «Plantamos más de treinta semillas de lechugas y ya nos quedan muy pocas. Las verduras que recogemos nos las repartimos o las regalamos a quienes vienen a visitarnos porque no hemos puesto en marcha este huerto ecológico para ganar dinero sino para hacer más atractivo el barrio», afirman.

Pero el objetivo del huerto va más allá, porque han puesto en marcha un semillero de plantas, árboles y arbustos tradicionales para en un futuro «no muy lejano puedan servir para reforestar nuestros montes», explica Manolo, orgulloso del pino piñonero que asoma tímidamente a través de la maceta.

Otro de los aspectos en torno a esta asociación es la recuperación de los exponentes patrimoniales del barrio, los molinos harineros. «Nuestro barrio es el de Los Molinos y durante años fue una de las zonas industrializadas más importantes del municipio en torno al paso de la acequia mayor por el barrio y toda la Ribera de Los Molinos que llega hasta El Niño», explican mientras miran con tristeza el estado actual en el que se encuentra el Molino Primero, el primero como su nombre indica que da nombre a una de las calles del barrio, y que intentarán recuperar para que luzca en todo su esplendor.