La vieja estufa de la sala del Jefe de Estación hace muchos inviernos que dejó de funcionar, aquella sala donde en las madrugadas frías se agolpaban los viajeros en busca de un poco de calor para el alma, tras el trasiego de un eterno viaje desde los municipios que englobaba una comarca mucho más amplia que la que hoy delimita al propio Noroeste de la Región, y que se extendía hasta adentrarse en la Sierra del Segura.

Tras un viaje, que en muchos casos se prolongaba durante varias horas, los viajeros llegaban hasta la estación de Calasparra, la única que tiene la comarca natural del Segura y que afecta a más de 140.000 habitantes. Una estación, que con el anuncio del final de la obras de la variante de Camarillas para este año 2018, cuenta ya las horas para que por sus andenes no pasen más trenes y el reloj que ha marcado el destino de miles de viajeros se pare para siempre.

En Calasparra no ha habido plataformas, ni pancartas, ni hashtag en redes sociales, quizás las caceroladas en los pueblos retumban mucho menos que en la capital. En estos últimos años solo se han podido oír las voces discordantes, quizás protagonistas de primera línea en las próximas horas, de los dos últimos regidores que ha tenido el consistorio calasparreño, Jesús Navarro y José Vélez, quienes siempre han puesto de manifiesto la necesidad de que la estación debe quedarse en la comarca del Noroeste.

En la etapa de Jesús Navarro, antes de que se decidiera que la línea de AVE pasara por Alicante, desde el consistorio se solicitó el estudio de la creación de una estación de Alta Velocidad instalada en la Venta del Olivo, un punto estratégico que agruparía no solo las poblaciones del Noroeste, sino también de la comarca de Cieza.

En 2015, siendo alcalde José Vélez, el consistorio aprobó una moción donde instaba a la Administración Regional para que no se perdiese dicho punto estratégico de comunicación. Además de mantener los servicios, solicitaban la creación de un tren lanzadera que conectase con la estación de AVE más cercana.

En este caso sería Albacete, ya que no tendría sentido desplazarse hasta Murcia, para conectar con un tren dirección Madrid. El alcalde de Calasparra, José Vélez, manifestaba en aquella ocasión que ''además de la necesidad que tienen los usuarios, convertir la estación en un Puerto Seco podría suponer un espaldarazo para la industria de la comarca''.

El consistorio buscaba la creación de un Puerto Seco que conectaría con el Puerto de Cartagena para el transporte de mercancías. ''Supondría un revulsivo para la industria de la zona, además de un servicio para las empresas tanto del Noroeste como de la Sierra de Hellín''. Actualmente dos trenes salen de Calasparra con dirección a Madrid, además provenientes de la capital de España llegan otros dos convoyes. Más de 153 años han pasado desde aquel 27 de abril de 1865, cuando se inauguró la estación con el objetivo de crear un punto de unión entre Andalucía y Alicante conectando el tan ansiado arco mediterráneo, un proyecto que más de siglo y medio después sigue siendo una utopía.

Quién sabe si con la nueva etapa política que se abre en España, el silbato del tren seguirá retemblando en los vetustos ventanales de la sala de espera de Calasparra o por el contrario la estación entrará en vía muerta, dejando a toda una comarca sin tren.

Cuando aún estaban en la oposición en el Congreso de los Diputados, el grupo parlamentario socialista en la Asamblea reclamaba al Ministerio de Fomento una línea de trenes de cercanías entre Murcia y Caravaca de la Cruz con una parada en el paraje de La Cayetana y otra en Calasparra, en el empalme con el santuario de la Esperanza, a través de un ramal de la actual línea Chinchilla (Albacete)-Cartagena.

Los socialistas señalaban que ''viene siendo reclamada por los ayuntamientos y las organizaciones sociales, sindicales y empresariales de la comarca''. El recorrido debería arrancar en la intersección de las carreteras RM 517 y RM 714, conocida como La Cayetana, para dar servicio a las poblaciones de Caravaca y Cehegín pasando por el empalme del santuario hasta unirse con la línea Murcia-Cartagena.

Para el PSOE, este proyecto ''evitaría el aislamiento'' de la comarca, serviría para el tránsito de mercancías con el puerto de Cartagena y conectaría con el futuro aeropuerto de Corvera. El PSOE ha apostado además por que los convoyes hagan parada en las localidades de la línea Chinchilla-Cartagena de Javalí Nuevo, Las Torres de Cotillas, Alguazas, Lorquí, Archena, Blanca, Cieza, Calasparra. El nuevo ramal tendría 26 kilómetros de vía de nueva construcción, remarcando que sustituiría el antiguo ferrocarril Caravaca-Murcia, que ''desapareció debido a una nefasta decisión y ya es irrecuperable''.