Un grupo de familias de la calle Cava de Lorca se quejan de tener que convivir cada día con un trozo de la muralla medieval, sin la garantía de seguridad que evite nuevos desprendimientos, a los que ya están acostumbrados los vecinos. La situación en la que viven ha sido puesta en conocimiento del equipo de gobierno y de los técnicos correspondientes, que han anunciado actuaciones que llevan esperando desde hace siete años y que no llegan nunca, según los afectados.

El estado del trozo de muralla medieval que se puede observar a través de la puerta principal del edificio CAVA número 35 comenzó a ser preocupante a raíz de los terremotos de 2011, cuando comenzaron los primeros desprendimientos de pequeños trozos de piedras y arenisca, según ha señalado a esta Redacción Huertas Lázaro, una de las vecinas afectadas. Fue entonces cuando los propios vecinos colocaron por su cuenta una red de protección para evitar que los pequeños desprendimientos de arena o piedras cayesen sobre la base de las viviendas y pudiesen ocasionar daños personales. Los vecinos consideran que la red colocada por ellos mismos «no es la solución al problema, sino que hacen falta actuaciones de mayor rango», algo que han denunciado y puesto en conocimiento de las autoridades competentes sin que hasta el momento se haya ejecutado trabajo alguno para acabar con la situación que padecen.

Según Huertas Lázaro, «los desprendimientos alcanzan los patios donde caen piedras de considerable dimensión que nos producen miedo». Esta vecina tiene dos hijos de corta edad y asegura que «no los puedo dejar salir a jugar fuera porque en cualquier momento les puede caer una piedra encima». Señala asimismo que la parte alta de la muralla tiene como arenisca y que cuando se producen precipitaciones «es cuando aumentan los desprendimientos». Reconoce que desde el Ayuntamiento, el propio alcalde y los servicios técnicos se han tomado interés por solucionar el problema, que se han hecho cargo de la situación pero que, hasta el momento, «no se ha concretado en hechos».

Los vecinos, según Huertas Lázaro, «tenemos además el compromiso de abrir la puerta a los turistas que vienen y enseñarles el trozo de muralla porque es zona BIC». Además, deben de hacer lo mismo con los colegios que lo soliciten. Encima de este trozo de muralla, según Lázaro, «había un torreón que destruyeron y a raíz de ahí cada vez se ha ido deteriorando más poco a poco». Lo que piden estos vecinos es que el Ayuntamiento se ponga manos a la obra y lleve a cabo los trabajos de consolidación que hacen falta.