La Comunidad Autónoma puso ayer la 'primera piedra' del proyecto del humedal piloto de Los Alcázares que contribuirá a limpiar las aguas que puedan llegar al Mar Menor por esta zona para favorecer la protección y recuperación total de la laguna salada. Esta medida va a estudiar distintas posibilidades para tratar el agua proveniente de la zona freática superficial y del acuífero Cuaternario, con el objetivo «de lograr una agricultura sostenible en esta zona que ayude a mejorar la calidad ambiental y los recursos básicos de los cuales depende el Campo de Cartagena», según explican fuentes del Ejecutivo regional.

El diseño de las soluciones que van a probarse en este proyecto lo han realizado profesores de la Universidad Politécnica de Cartagena y de la Universidad de Murcia. La obra se ejecutará sobre una parcela de 2.000 metros cuadrados y contará con tres humedales artificiales que ocuparán 750 metros cuadrados. El volumen de agua tratada por estos tres filtros verdes será de 15 metros cúbicos al día.

La Entidad Regional de Saneamiento y Depuración de Aguas Residuales (Esamur) va a construir esta planta piloto para poder hacer una evaluación consistente de la tecnología. Según el director general del Agua, Sebastián Delgado, «se van a construir en el interior de la depuradora de Los Alcázares tres tipos distintos de humedal multietapa para poder compararlos entre sí». Además, servirá para probar los diferentes métodos en la primera fase anóxica; uno de ellos será con lecho de grava como los filtros verdes convencionales; el segundo, una mezcla de grava y tierra procedente del lugar con contenido en materia orgánica capaz de eliminar los nitratos del agua; y en el tercero se utilizará un material novedoso y prometedor denominado biochar, que proviene de la combustión de material vegetal formando un compuesto similar al carbón activo con gran capacidad para eliminar nitratos.

Con las variantes que se van a ensayar en este proyecto, para el que se han destinado 180.000 euros, se busca estudiar su viabilidad, los parámetros que pueden optimizar su funcionamiento, así como mejorar su eficacia.

Las ventajas de este tipo de tecnologías es su reducido coste, tanto de implantación como de explotación. «Hay experiencias positivas de su funcionamiento, aunque estamos buscando la mejor fórmula para la limpieza de cualquier agua, sea superficial o subsuperficial, que pueda llegar al Mar Menor», afirmó Delgado. «Este estudio experimental servirá para complementar el resto de medidas medioambientales llevadas a cabo por el Gobierno regional de forma directa o en colaboración con otros organismos y universidades, encaminadas a la protección y recuperación total del Mar Menor», añade.