Con el 'trueno gordo' Caravaca bajaba el telón a su semana grande. El carro triunfal del Lignum Crucis recorría por última vez en este 2018 las calles de Caravaca, poniendo fin a un semana de música y color, donde los caravaqueños han vuelto a demostrar su hospitalidad a los miles de turistas que durante estos días han pasado por la Ciudad Santa del Noroeste murciano.

Un año de despedidas, ya que terminan su ciclo, Hermana Mayor, Secretario de Comisión de Festejos y los presidentes de los Bando Cristiano y Caballos del Vino. También cierran una etapa, los Sultanes, Príncipes de Al-Ándalus, Reyes Cristianos y Amazonas del Bando Moro.

El leño de Cristo cruzó el umbral de su basílica santuario al atardecer, donde cientos de miles de devotos la venerarán y custodiarán durante los próximos 360 días. Tras una intensa semana de celebraciones, la ciudad Santa del Noroeste Murciano puso el punto y final a unos días donde la población ha dejado de lado los problemas cotidianos para vivir de manera intensa y pasional su semana grande.

El Tío de la Pita esperaba a la patrona en la última cuesta que da acceso a la Basílica bajo la lluvia para rendirle el último adiós por este año. A su llegada a la Basílica se cumplió el último rito de los once que se realizan, durante la estancia de la patrona en la ciudad, la bendición de los campos desde las almenas de la fortaleza. El trueno gordo devolvía a la realidad a los habitantes de la ciudad Santa del Noroeste que durante los pasados cinco días han vivido inmersos en el sueño de la Caravaca eterna.