La Gran Vía de Caravaca acogió ayer con todo su esplendor la gran parada del desfile de los Bandos Cristiano, Moro y Caballos del Vino. Más de 2.000 festeros pusieron el colorido broche final de las fiestas en Honor a la Santísima Vera Cruz. Abul Khatar y Templarios cumplían sesenta años, y como kábila y grupo decanos de los Bandos Moro y Cristiano lo celebraron por todo lo alto durante el desfile.

El 'festódromo' caravaqueño se visitó de rojo y negro al paso de Abul Khatar que para la ocasión desfilaron juntos la sección masculina y femenina. A la altura de su tribuna, su abanderado, Manolo Mané, cedió el testigo a su hijo José Mané, tras conducir a la Kábila durante sus sesenta años de historia. Por su parte, la Soberana Orden del Temple desfiló acompañada de grupos de Templarios de diferentes localidades de la geografía española. Durante estas fiestas estrenaron indumentaria los grupos Rifeñas, Ceyt masculino y femenino, Anaras y Dragonas.

El cortejo lo abrió el bando de los caballos del Vino, con sus dos amazonas, María Marín y Andrea López, vestidas con sus atuendos caballistas de lujo y una carroza exhibiendo los mantos de las peñas que se alzaron con el primer premio del primer y segundo bloque, en la mañana del pasado día dos. Seguidamente hizo su entrada la Gran Vía las huestes agarenas, con sus sultanes, Pedro Hidalgo y Julia Moreno, y los Príncipes de Al-Ándalus, Joaquín Dólera y Judith Robles. El desfile lo cerró el Bando Cristiano con sus reyes, Rubén Bermúdez y Carolina Morales, junto a los Infantes de Castilla, José Antonio Martínez-Iglesias y María Victoria Blanc. Más de 350 festeros de la Undef participaron en los boatos de los tres bandos. El secretario general de Comisión de Festejos, José Emilio Martínez, puso de manifiesto que «son muchos los municipios de la agrupación que tras conocer el desfile del 4 de mayo en Caravaca quieren volver y acompañarnos en una noche tan mágica para todos los caravaqueños».