El Manitou Enterprise es un antiguo arrastrero británico de más de 20 metros de eslora que se dice que participó en el reembarque de las tropas inglesas en Dunkerque durante la II Guerra Mundial. Esta nave se había reconvertido en un yate para su uso recreativo y posee una arboladura metálica de ocho metros con chimeneas. Hace años se hundió en las proximidades del puerto deportivo Tomás Maestre, situado en La Manga, en el término municipal de San Javier, y la Armada ha empezado los trabajos para reflotarlo y evitar el impacto negativo que tiene para la navegación y los fondos del Mar Menor.

El almirante de Acción Marítima, vicealmirante Manuel de la Puente Mora-Figueroa, coordinó ayer las labores que realiza un equipo de buceadores del Centro de Buceo de la Armada (CBA) para extraer el pecio por partes.

El almirante estuvo acompañado por el delegado del Gobierno, Francisco Bernabé, además de otras autoridades civiles. Las labores de reflotamiento requirieron de una compleja y meticulosa operación debido a la escasa visibilidad y el enterramiento de las embarcaciones en el fondo, además de tomar precauciones para evitar la contaminación marina y velar por la seguridad de las personas que realizan los trabajos.

Los barcos hundidos representan un impacto negativo, ya que son elementos ajenos al biotopo de la zona y potencialmente nocivos para el mismo. También son fuentes de peligro para la navegación. Aunque la profundidad somera del Mar Menor permitió a los buceadores efectuar largas inmersiones sin necesidad de realizar descompresión, hechos como que las embarcaciones estén semienterradas dificultaron enormemente los trabajos. La Armada trabaja para reflotar más barcos que se encuentran en muy mal estado, con gran cantidad de elementos cortantes, redes y cabos acumulados con el paso del tiempo, lo que supone un riesgo añadido para los buceadores del CBA.