Parecía que con la marcha de Jesús Molina Izquierdo, anterior alcalde de Abarán, y la llegada de 'sabia nueva' a través del nuevo regidor, José Miguel Manzanares, las aguas políticas del municipio se calmarían. Nada más lejos de la realidad, porque, si cabe, la marejadilla ha dado paso a fuerte marejada y el ambiente está más enrarecido y caldeado.

Y para muestra un botón. El de anteayer era el tercer Pleno que presidía el nuevo alcalde y ya ha tenido que sufrir lo que en muy raras ocasiones ha sucedido en Abarán: que la oposición se levante y abandone el salón consistorial sin acabar la sesión.

El 'quid' de la cuestión pareció estar en una reunión previa al Pleno que el alcalde mantuvo con los portavoces de todos los grupos de la oposición (PSOE, IU, Cs y UyD). En ella, el regidor habría aceptado una serie de enmiendas para que en la distribución de competencias tras la reestructuración del Gobierno, la Concejalía de Bienestar Social gozara de liberación propia, así como varios reajustes en las retribuciones por asistencias a comisiones informativas y órganos de gestión municipal.

El Pleno transcurrió con cierta normalidad hasta el punto siete, incluyendo el que hacía referencia al sueldo del alcalde que quedó aprobado en 1.700 euros al mes. A partir de ahí, en el número 8, se llevaba a la sesión «la aprobación del dictamen de la comisión informativa de Hacienda y especial de cuentas sobre acuerdo de retribuciones e indemnizaciones de los miembros de la corporación».

En ese momento, y contra todo pronóstico, el alcalde solicitó dejar el punto sobre la mesa aduciendo motivos de carácter técnico y jurídico. Si cabe que, según la oposición, el alcalde habría llegado a un acuerdo en la reunión previa al pleno, los concejales se sintieron «engañados» y, por eso, se fueron, anunciando asimismo que impugnarán la sesión y que en próximas fechas convocarán un pleno extraordinario para imponer su criterio.

En una rueda de prensa posterior, el acalde Manzanares señaló que las enmiendas de la oposición «tenían que tener informe de la intervención municipal que no lo había. Teníamos muchas dudas sobre lo que íbamos a aprobar, y por eso solicitamos dejar el punto sobre la mesa, ya que podríamos incumplir el ROC -Reglamento Orgánico de la Corporación».

También hablaron los portavoces de todos los grupos de la oposición, quienes acusaron al regidor de engañarlos. «Nos dijo en la reunión que se iba aprobar el punto con nuestras enmiendas, y a última hora nos sale con que se quedaba encima de la mesa», destacan. La más dura, como suele ser habitual, fue la concejala de Ciudadanos, Rosa García, que tachó al regidor de «mentiroso, de ponerse el traje y reírse del pueblo cobrando 1.700 euros. No le interesa el pueblo sino solo sus intereses. Es una vergüenza tener este alcalde», apostilló la edil 'naranja'.