La Policía sospecha que los integrantes de la banda que asaltó el domingo por la noche tres chalés en urbanizaciones de Molina de Segura ya están lejos de la Región de Murcia. Los cincos sospechosos (cuatro entraron en las viviendas, relatan los testigos, y el quinto se quedó al volante del coche, para salir huyendo) perpetraron los asaltos en poco tiempo, primero en dos domicilios de Monte Príncipe y finalmente en Altorreal.

En el primero de los robos, golpearon en la cara a la mujer que vive en la casa. En el segundo de ellos, los cacos no tuvieron ningún contacto con los moradores. Las personas que viven en la casa oyeron ruido y, cuando fueron a mirar, los asaltantes ya se estaban marchando. El vecino asaltado en esta casa, que prefirió no salir en cámara, dijo a LA OPINIÓN que, cuando escucharon el jaleo y se asomaron, llegaron a ver a los asaltantes, aunque en un principio creyeron que estaban entrando en la vivienda, cuando lo que estaban es ya saliendo. En el tercer asalto, ya en Altorreal, los cuatro atacantes encontraron en la casa a una pareja. Golpearon al hombre y agredieron sexualmente a la mujer. A continuación, escaparon.

La Policía Local montó un amplio despliegue en el club de golf para dar con ellos, de momento sin éxito. Los testigos hablan de que los sospechosos, que iban encapuchados, tienen «acento árabe». Cogieron los cuchillos de las cocinas de las mismas casas para intimidar. Se llevaron dinero y joyas. Del caso se hizo cargo posteriormente la Policía Nacional. A las viviendas asaltadas se desplazaron ayer profesionales de la Policía Científica. Fuentes cercanas al caso apuntaron que los ladrones actuaron con «frialdad y profesionalidad», por lo que se cree que se trata de un grupo organizado que no es la primera vez que comete un asalto.

Ahora, los investigadores proceden a visionar las cámaras de seguridad de las urbanizaciones donde se produjeron los sucesos, con el fin de dar con alguna pista que oriente sobre por dónde huyeron los ladrones. También analizan un joyero que, al parecer, tiraron los cacos tras sustraerlo.

La víctima de la agresión sexual, por su parte, fue atendida de sus lesiones en un centro médico, donde también se le tomaron muestras con el fin de tratar de hallar un rastro de ADN de los sospechosos, y ver si están ya fichados.

«Llevo varias semanas durmiendo con un cuchillo», comentaba ayer una vecina de Altorreal. Lo hace por miedo, un sentimiento que se ha incrementado a raíz de los sucesos del lunes por la noche.

«Es la primera vez que se ha denunciado un caso con tal violencia y que accedieran a viviendas con vecinos en su interior. En las últimas semanas ha habido varios robos e incluso un arresto con persecución dentro de la urbanización. Todo ello, a pesar de la intensificación de la vigilancia policial en Altorreal», dicen los vecinos de vivoenaltorreal.com.