Se llamaba Juan Sola Avellaneda, era un comerciante lorquino y tenía 24 años cuando fue fusilado por el franquismo el 15 marzo de 1941. El paradero de sus restos mortales era una incógnita hasta hoy, 77 años después: un grupo de investigadores valencianos ha exhumado una fosa común del cementerio de Paterna (Valencia) en la que han localizado hasta 167 personas que fueron ejecutadas en los años 1940 y 1941. En el listado de las víctimas figura el nombre del lorquino Juan Sola Avellaneda.

Así se recoge en un edicto del Ayuntamiento de Paterna, publicado el pasado viernes en el Boletín Oficial de la Provincia de Valencia, en el que se permitía la intervención de la llamada 'Agrupación de familiares de víctimas del franquismo de la fosa 128 de Paterna', y que además sometía a información pública la posibilidad de recuperar los restos mortales hallados.