La Consejería de Turismo ha concluido la adecuación de la conocida como Senda de Bolvonegro en el municipio de Moratalla, en la que se ha realizado una inversión de 22.748 euros cofinanciados con Fondos Europeos Feder dentro de las actuaciones prioritarias en la Red Natura 2000 y espacios naturales protegidos de la Región de Murcia.

Esta senda transcurre por la Zona de Especial Conservación (ZEC) Sierras y Vega Alta del Segura y ríos Alhárabe y Moratalla. En concreto, el estrecho de Bolvonegro es el punto de encuentro de los ríos Alhárabe y Benamor, que se unen para formar el río Moratalla. «Este enclave está protegido bajo distintas figuras por su importante valor geológico, arqueológico, ecológico y paisajístico y con la adecuación del sendero logramos que cualquier persona pueda disfrutar de este espacio natural de gran belleza», indicó la directora general de Medio natural, Consuelo Rosauro.

Su componente geomorfológico es muy llamativo al ser un estrecho y sinuoso desfiladero de paredes verticales. En su recorrido son abundantes las pozas con agua, cascadas, y pilancones, y termina bruscamente en un hundimiento producido por una falla.

Arreglo del firme

Los trabajos han consistido en la adecuación de 2,5 kilómetros de sendero mediante el arreglo del ancho de la senda y el firme, hasta conseguir una anchura mínima de 1,5 metros; la instalación de una pasarela y un puente de madera sobre el cauce del río; y la creación de tres escaleras de piedra natural para salvar los desniveles más peligrosos del terreno. También se ha procedido a la instalación de diversas señales.

El sendero está homologado por la Federación de Montañismo de la Región de Murcia y cuenta con señalización horizontal que permite realizar su recorrido a pie de una forma segura y ordenada.

El sendero, de 6 kilómetros ida y vuelta y tres horas de recorrido aproximado, comienza en un camino que avanza entre campos. A los pocos metros aparece, elevado en un pequeño cerro, los restos del poblado íbero Los Molinicos.

La senda continúa hasta llegar al río Benamor, donde se pueden observar los restos fósiles de un Paleodictyon, prueba fehaciente de que esta zona una vez estuvo sumergida bajo el mar. A unos 150 metros después de cruzar el río Benamor está el acceso al poblado íbero, al cual se puede acceder para admirar sus restos.

Al llegar al río Alhárabe, el sendero acompaña al lecho del río, donde abundan las pozas de agua y cascadas, sobre todo tras épocas lluviosas. Además, son curiosas estructuras sedimentarias, fallas, pliegues, cabalgamientos, antiguos deslizamientos y fósiles.