El último Pleno del Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz aprobó el nombramiento de ´Hijo Predilecto de la Ciudad´, a título póstumo, para Antonio García Martínez-Reina, alcalde del municipio entre 1987 y 1999. La propuesta, presentada por el equipo de Gobierno, con el respaldo de estamentos y colectivos sociales y culturales, fue aprobada con el apoyo unánime de los grupos políticos representados en la mesa y con numerosos familiares, amigos y compañeros congregados en el Salón de Plenos.

Durante el debate, tanto el alcalde como los portavoces destacaron aspectos personales, políticos y profesionales de Antonio García Martínez-Reina. En concreto, desde el equipo de Gobierno, Enrique Fuentes enumeró algunos de los logros conseguidos durante sus tres mandatos en el Consistorio caravaqueño, Fue alcalde durante tres legislaturas, las dos primeras con mayoría absoluta y la tercera gobernó en minoría con acuerdos puntuales de IU y el Partido Popular. Participó en la construcción de la Caravaca de nuestros días y fue propulsor de la reapertura del teatro Emilio Thuillier y del arreglo de la Plaza de Toros. Consiguió que el Paraje de las Fuentes del Marqués fuera patrimonio de la ciudad de Caravaca, que quedó publicado para la historia en un bando de la alcaldía fechado el 24 de Mayo de 1989. Hoy esto es una realidad.

Las Fuentes del Marqués son ya del pueblo de Caravaca. Remodeló todo el barrio de San Francisco, asfaltó y llevó la luz al Barrio Nuevo, creó lugares emblemáticos para los caravaqueños, el primer Monumento a los Caballos del Vino. Vio finalizadas las obras del hospital comarcal que iniciara y consiguiera su antecesor Pedro García Esteller. Debido a su empeño, se iniciaron los trabajos en la Cueva Negra. Fue el propulsor del primer gran pulmón de la ciudad, el conocido parque del Cejo, llamado Luís Gabriel Martínez Elbal.

Antonio García Martínez-Reina, tras su paso por la política municipal, volvió a su trabajo como maestro y regresó a la docencia en el Centro Comarcal de Educación de Personas Adultas del Noroeste, en un edificio situado en el mismo recinto -el colegio Cervantes- donde ejerció antes de ser alcalde de los caravaqueños, desarrollando una intensa labor educativa durante los últimos 12 años.

El actual regidor del municipio, José Moreno, lo recordó de manera emocionada como el «gran profesor, una personas en la que fijarse». La gente de Caravaca vio en aquel joven maestro de escuela, de apenas 31 años de edad, un nuevo impulso para seguir creciendo en la democracia y continuar caminando hacia la luz tras más de 40 años de oscuridad de la localidad.