La Audiencia Provincial de Murcia tenía previsto juzgar hoy a siete rumanos y un español que están acusados de prostituir obligadas a jóvenes de aquel país a la que habían traído a España con la promesa de ofrecerles trabajo. Pero al juicio no se presentó nadie: ni acusados ni víctimas. Así que se suspendió.

Sí fueron los abogados de algunos de los procesados por hechos acontecidos hace más de una década en el club Topacio, en Molina de Segura. Los acusados rumanos están todos en paradero desconocido. El español sí está localizado, aunque sólo fue su letrado.

El tribunal se vio obligado a suspender el juicio. El magistrado presidente de la sala dijo que, "para evitar más dilaciones", citaba (a los que sí están localizados) el 27 de octubre con el fin de intentar "llegar a una primera conformidad".

Contra los que no se sabe dónde están, el juez anunció que dictará una orden de busca y captura.

Dado que tampoco se sabe dónde están las mujeres víctimas, el fiscal pidió que se inste a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad a que "apuren esfuerzos" para encontrarlas y que declaren.

Hace más de una década que tuvieron lugar los sucesos que ahora se enjuician.

El Ministerio Público solicita para los procesados penas que suman más de 40 años por delitos relativos a la prostitución, contra los derechos de los trabajadores y asociación ilícita.