Se llama María R. M., tiene 27 años y es madre de un niño con Síndrome de Down. En la puerta de su casa, donde el pasado lunes fue brutalmente agredida, aún se podían apreciar restos de sangre. La joven, este jueves, aún permanecía ingresada en el Virgen de la Arrixaca de Murcia. Su pronóstico seguía siendo grave.

Mientras la chica luchaba por su vida en la clínica universitaria, su presunto agresor (un hombre con el que antaño mantuvo una relación sentimental) era llevado a los juzgados de la Ciudad del Sol. Y de ahí a la cárcel. La juez de Violencia sobre la Mujer lo mandaba a prisión preventiva, como supuesto responsable de un delito de tentativa de homicidio.

El hombre, de 46 años de edad, cubría su rostro con una prenda de ropa oscura al ser sacado del coche por agentes de la Policía Nacional. Se le acusa de golpear con un objeto contundente y herir de gravedad a su expareja en Lorca. Aunque él lo niega.

Además de mandarlo entre rejas hasta que sea fechada la fecha de su juicio, la juez ha decretado que el individuo no pueda comunicarse con la víctima mediante ningún canal. El caso ha quedado clasificado como un nuevo episodio de violencia de género, la misma lacra por la que esta semana era asesinada una chica de 20 años en Cartagena.

El caso de Lorca ocurrió el lunes, en Ramblilla de Tejada, que pertenece a la barriada de San Cristóbal, un barrio humilde en el que sus residentes preferían no hacer declaraciones a los medios de comunicación. María reside en una casa de planta baja, puerta con puerta con la de su padre. Fue precisamente su progenitor el que la encontró tras ser agredida: la joven estaba tendida en el suelo y presentaba un fuerte golpe en la cabeza.

Se da la circunstancia de que María era usuaria de un centro de atención a víctimas de violencia de género, pero por otra relación. Este presunto agresor no tiene antecedentes por hechos similares ni constaban denuncias previas.