Cientos de personas acudieron a la Basílica Santuario de Caravaca de la Cruz para dar su último adiós al que durante 43 años fue el capellán, y que desde su jubilación ocupaba el título de rector emérito, Pedro Ballester Lorca.

Desde finales de la década de los cincuenta no se velaba ni oficiaban ningunas exequias en la Basílica. La última ocasión fue en el funeral del padre Claretiano, Manuel Santisteban, conocido cariñosamente como el Padre Goñi. Tras el velatorio que tuvo lugar en la Sala de Cabildos, por donde han pasado muchos fieles para dar sus muestras de cariño y respeto, el cuerpo sin vida de Ballester Lorca era trasladado a primera hora de la mañana delante del altar mayor.

Su féretro fue cubierto con la casulla con la que lo invistieron presbítero hace más de medio siglo, y las Santas Escrituras. Junto al féretro, se colocaron la bandera de la Ciudad con un crespón negro, el estandarte de la Cofradía, las banderas de las Bandos Cristiano, Moro y Caballos del Vino y la Lanza del Capitán de la Compañía de Armaos.

La ceremonia estuvo presidida por el obispo de la Diócesis y concelebrada por diez sacerdotes entre los que se encontraban el vicario de zona, Jesús Aguilar y el prior de los Carmelitas en Caravaca, Pascual Gil.

Lorca Planes destacó del deán emérito que "ha sido un sacerdote que ha entregado su vida a la Santísima y Vera Cruz", explicando que "la Basílica era su casa y prácticamente él ha sido el que ha estado investigando, cuidando y mimando todo lo que es la devoción a la Vera Cruz". Sobre su faceta como historiador, el prelado murciano manifestó que "ha entrado dentro de todos los hilos de la historia para favorecer un conocimiento mayor y mejor tanto de la Vera Cruz como de Caravaca, así como la relación entre ambas realidades".

Por último, el obispo explicó: "Nos ha ayudado muchísimo a entender todo este misterio de la Cruz de Caravaca, ha sido un hombre estudioso, servicial y atento, que ha trabajado por el mayor conocimiento de esta historia sagrada".

Exhermanos mayores, la junta de Cofradía actual con su hermana mayor visiblemente afectada, Elisa María Giménez-Girón, la corporación municipal casi al completo con el alcalde de la Ciudad, José Moreno. y miembros del gobierno regional como el Diputado en la Asamblea, Víctor Martínez-Carrasco y el Director General, Sergio López, también estuvieron presentes en la ceremonia.

"Un día triste para Caravaca"

El alcalde de Caravaca, José Moreno, manifestó que era un día triste para Caravaca. "Despedimos a una persona que para Caravaca ha sido todo, fue quien durante muchos años custodio a nuestra Santísima Cruz y quien impulso de nuevo todos los rituales de la Vera Cruz, recuperando algunos de ellos que estaba prácticamente extinto". Para Moreno, Pedro Ballester "siempre estará en nuestro recuerdo, primero por el cariño que demostró a toda Caravaca, pero sobre todo por el cariño que demostró a los Caballos del Vino", matizando que "rescató muchos apuntes históricos sobre el festejo, que de otro modo se hubieran perdido". También destacó su labor como docente en el Instituto San Juan de la Cruz.

Tras la ceremonia fue despedido con una cariñosa ovación, portado a hombros entre sus hermanos sacerdotes, donde se encontraba el joven Saúl Sanchez que desde bien pequeño ayudó a Don Pedro en la Basílica. También lo portaron los dos sacristanes de la Basílica, Juan Carlos y Juan Esteban con quien tantas horas pasaron juntos. Sus restos mortales eran trasladados a Totana donde descansarán para siempre junto a su madre.