Una empleada de Astrade (Asociación para la Atención de Personas con Trastorno en el Desarrollo) falleció la madrugada del domingo en Molina de Segura, concretamente en el centro integral de esta institución, que se encuentra en la carretera del Chorrico. Según fuentes de la Policía Nacional, la mujer, de 31 años, fue presuntamente asesinada a puñaladas por un compañero del centro. El hombre, de 48 años, falleció poco después al ahorcarse en el mismo centro.

El hombre utilizó un cuchillo de caza para matar a la víctima. No constaban denuncias previas de malos tratos entre ambos. Por el momento, la hipótesis principal es que mantenían una relación sentimental, la cual ella quiso terminar porque él seguía casado con otra mujer, según indicaron fuentes cercanas. Según estas mismas fuentes, él habría iniciado los trámites de separación de su mujer, con la que aún vivía en Beniel y junto a la que tenía un hijo de diez años.

La víctima, Beatriz Ros, tenía 31 años y era madre de un niño de cuatro años. La joven estaba en trámites de divorcio. Se trata de la hija del que fuera concejal del Partido Popular en Molina de Segura Cayetano Ros, quien horas después de que conociera el suceso publicaba un desgarrador tuit.

La Policía Nacional confirmó que el asesinato de la joven es un caso de violencia machista y, por lo tanto, así se está llevando el caso. De este modo, la joven se convertiría en la primera víctima mortal por violencia de género en la Región de Murcia en 2017.

La voz de alarma la dio una cuidadora del centro, de 26 años de edad, cuando acudió la mañana del domingo a dar el relevo y encontró a su compañera boca abajo en el suelo sobre un charco de sangre y al conserje del centro -José Jara, vecino de Beniel-, que se había suicidado ahorcándose en otra sala distinta.

Según fuentes de la Policía Nacional, la víctima fue presuntamente asesinada a puñaladas por el conserje. Fuentes cercanas detallaron que le dio tantas cuchilladas que aquello «fue una carnicería».

A la llegada de los servicios de emergencias al centro, estos solo pudieron certificar la muerte de ambos, sin prestar asistencia sanitaria. La mujer que dio el aviso tuvo que ser atendida por una crisis de ansiedad.

El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional se está haciendo cargo del caso, así como el Juzgado de Violencia Contra la Mujer de Molina, que ha activado el protocolo por violencia de género.

Agentes de la Policía que se personaron en el centro, tras el hallazgo de los cadáveres, registraron los coches - en los que hallaron silletas, una nevera y efectos para pasar un día de playa- tanto del conserje como de Beatriz, en busca de alguna pista que les ayudase a esclarecer la relación que ambos mantendrían.

Los cadáveres fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal para practicarles la autopsia, que se sabrá en los próximos días, y confirmar así las causas violentas de las muertes.

En el lugar de los hechos se concentraron autoridades locales, la jueza de Violencia contra la Mujer y agentes de las policías nacional, local y científica. Además, acudieron los tenientes de alcalde, de Servicios Sociales, Ángel Navarro y de Policía Local, Fernando Miñana.

Asimismo, la Comunidad ha puesto a disposición su servicio de atención psicológica a los familiares, amigos y allegados que lo pudieran requerir.