Cada día que pasa crece el pesimismo y la preocupación entre los agricultores de Lorca debido a la disminución de reservas en la cabecera del Tajo, lo que podría variar las previsiones dadas a conocer durante la asamblea general que se celebró el pasado mes de marzo, según ha reconocido a este periódico el presidente de los comuneros lorquinos, Juan Marín.

No obstante, Marín ha señalado que los alrededor de 8.000 agricultores propietarios de las aproximadamente 12.000 hectáreas de terreno que forman el regadío tradicional afrontan el verano con tranquilidad, en cuanto a reservas de agua se refiere, aunque no puede decir lo mismo respecto a los meses de septiembre y octubre.

La última junta de gobierno de la comunidad de regantes acordó un reparto de un millón de metros cúbicos de agua para todo el mes de mayo, a razón de unos 80 metros cúbicos de agua por hectárea. Durante los meses precedentes, abril, marzo y febrero, la cantidad a repartir cada mes fue de dos millones de metros cúbicos.

Según Marín, los regantes lorquinos disponían de 2,3 hectómetros cúbicos de agua procedentes de la cuenca para seguir atendiendo sus cultivos, pero al entrar en situación de emergencia, todo cambia y «el peligro acecha». En este sentido ha manifestado que «se ha solicitado que se transfiera el agua que se había presupuestado en el mes de febrero y de momento seguimos a la espera de la contestación sobre los 2,3 hectómetros cúbicos».

En febrero, añade el presidente de los comuneros lorquinos, «presupuestamos que podríamos contar con un mínimo de 8 hectómetros cúbicos procedentes de la cabecera del Tajo, pero las reservas van bajando poco a poco y nos encontramos ya próximos a la línea fatídica para los regantes del trasvase, lo que podría significar el trasvase cero».

Asimismo, ha señalado que «de aquí a septiembre, habíamos contado con 8 hectómetros cúbicos», añadiendo que se han ido cumpliendo las previsiones durante los primeros cuatro meses de 2017, «pero no sabemos lo que va a pasar de mayo y junio donde nos pueden faltar entre 4 y 5 hectómetros cúbicos, con lo cual podríamos llegar a no poder cumplir con el mínimo que necesitamos».

El representante de los comuneros no esconde su preocupación debido a que las últimas lluvias no han remediado la situación. «Han caído cerca del mar mientras mes a mes y semana a semana a nosotros se nos complica la situación por lo que vuelve la preocupación en lo que resta de año hidrológico».

La campaña de las hortalizas ya ha finalizado, según Marín, y «hemos dicho a los agricultores que pueden iniciar con normalidad la campaña del melón y sandía en base a las disponibilidades de agua que hay actualmente», aunque reconoce que «no tenemos la seguridad que había hace un par de meses y estamos más preocupados que entonces».

Confianza en Francisco Jódar

Marín confía en que el nuevo gobierno regional «se ponga a funcionar cuanto antes y nos diga lo que va a pasar». En este sentido ha dicho que confía plenamente en el nuevo consejero de Agricultura, el lorquino Francisco Jódar, del que cree que seguirá trabajando para conseguir el agua que necesitan los regantes murcianos, a la vez que se ofrece a trabajar codo con codo con ellos para que así sea en beneficio del futuro económico de la Región.

El presidente de la comunidad de regantes insiste en que los agricultores del regadío tradicional «tienen garantizada el agua para unos meses, pero a partir de ahí podríamos estar en la misma situación que los agricultores de Cartagena» y exige que «la misma cantidad de agua que venga para Cartagena tiene que venir en su justo término para los regantes del Guadalentín, y así se lo pido también tanto al presidente de la comunidad autónoma como a la vicepresidenta del Gobierno de España».

Los regantes lorquinos, según su presidente, afrontan el verano con tranquilidad «pero de cara a septiembre u octubre empezamos a sentirnos preocupados».

De momento, según Marín, no hay previsión alguna de modificar los precios del agua en el regadío de Lorca que son los acordados en la asamblea del pasado 26 de marzo. Habrá que esperar hasta después del verano para ver si hay que llevar a cabo una reestructuración de precios en base a si se produce alguna variación en los trasvases desde el Tajo, cuyos precios deberán ser competitivos para poder mezclar el agua con la de pozos y desaladora.