Las obras de cubrimiento de la rambla del Realejo, que comenzaron hace dos meses, «van a buen ritmo», según informó ayer el edil de Obras, Francisco Saorín, quien reconoció que las obras han sufrido un retraso de casi dos años porque, según comentó, «cuando entramos al Gobierno nos encontramos con varios trámites sin hacer». Una vez acabadas, el espacio quedará conformado con una plaza con entrada desde todas las calles colindantes. Se habilitarán también papeleras y luminaria para «configurar una zona moderna y de recreo para los vecinos».