Mario C. M. lleva tatuado en el lado izquierdo de su cuello un cuchillo. En el dibujo del arma blanca se ve que ésta se halla clavada, y se ve también sangre. Ya llevaba el tatuaje cuando, allá por abril de 2014, asaltó, junto a otro joven, el domicilio de una anciana en Alhama de Murcia y, presuntamente, la mató a cuchilladas cuando ella trató de pedir ayuda.

Aquel cuchillo que Mario C. M. empleó para, presuntamente, cometer el crimen nunca fue encontrado. La víctima se llamaba Dolores, tenía 83 años cuando la mataron y era madre de tres hijos. De su domicilio, los delincuentes se llevaron tres anillos. Al igual que el arma del crimen, no han podido ser recuperados. Apenas valían 2.000 euros.

El Ministerio Público solicita para Mario C. M. una pena 17 de años de cárcel por asesinar a Dolores. Además, pide que le impongan cuatro años y tres meses más por el delito de robo con violencia. A la misma pena de cuatro años se enfrenta el que fue con él a aquella casa de la calle Mellado de Alhama, Juan Jesús M. N. Ambos se sentarán el próximo miércoles en el banquillo de la Audiencia Provincial de Murcia. Será un jurado popular el que decida su destino.

En aquel asalto que le costó la vida a Dolores también participó una tercera persona, que, en el momento de los hechos, tenía 10 años de edad. Por tanto, no se le puede imputar delito alguno, dada la legislación vigente.

La víctima, dada su avanzada edad, «sufría problemas de movilidad, ya que para caminar necesitaba la ayuda de un bastón o un andador, y vivía sola», recuerda el fiscal. «Estas circunstancias eran conocidas por los acusados» el día que acudieron a su domicilio, con intención de robarle.

«Al llegar a la casa, Mario llamó a la puerta. Dolores abrió y, al ver a Mario, intentó cerrar de nuevo. Sin embargo, el acusado empujó la puerta y evitó que Dolores pudiese cerrarla. Mario le dijo a Dolores que se sentase en un sillón que había en el pasillo y estuviese callada. Sin embargo, ella pidió socorro», explica la Fiscalía en sus conclusiones provisionales.

En aquel momento, considera el fiscal, «Mario, exhibiéndole la navaja que llevaba, le dijo que se callase y, al ver que no lo hacía, la agarró de la cara tras propinarle un golpe violento, le echó la cabeza hacia atrás y, de forma muy violenta, le dio dos pinchazos y un corte en el cuello con la navaja que llevaba, causándole la muerte de forma casi inmediata».

La Fiscalía detalla que «este acontecimiento ocurrió muy rápido y Juan Jesús no pudo hacer nada para evitarlo».

También apunta el fiscal que, cuando ambos estaban en prisión provisional, Mario se dedicó a amenazar de muerte a Juan Jesús, mandándole mensajes con otros internos, ya que ellos no se veían. Le decía que lo iba a matar «por chivato» (contó a la Benemérita que Mario mató a Dolores), y una vez hasta le hizo llegar un dibujo con una lápida y su nombre.