Las fuerzas del orden de Abarán ya no saben qué hacer para que la Fiscalía de Menores ponga freno a un grupo de adolescentes cuya práctica habitual es el vandalismo en cualquiera de sus vertientes. Desde robar ciclomotores y tirarlos al río, asaltar casas deshabitadas, realizar toda clase de pintadas, romper mobiliario urbano, destrozar jardines y hasta rajar las ruedas o romper los espejos a una fila entera de coches. Esa es su única dedicación, ya que ni siquera acuden a clase, aun estando en edad de recibir enseñanzas obligatorias.

Según ha podido saber esta Redacción, tanto la Guardia Civil como la Policía Local del municipio tienen identificados a estos menores, que habitualmente son tres, pero puntualmente se refuerzan hasta llegar a los siete u ocho miembros. Sin embargo, y a pesar de los muchos expedientes y dosieres que han hecho llegar a la autoridad judicial competente, estos jóvenes siguen campando a sus anchas por las calles de la localidad, perturbando la tranquilidad de unos habitantes que ya han pensado incluso en tomarse la justicia por su mano, según comentan algunos vecinos.

El pasado mes de febrero, en una operación coordinada, los agentes pudieron identificar hasta siete menores a los que se les atribuía el robo de al menos cuatro ciclomotores, la conducción de éstos -a pesar de que no tienen permiso para ello- y los daños causados en los mismos. De los cuatro vehículos, tres de ellos fueron encontrados en el río. Para su extracción fue necesaria la utilización de una grúa y la ayuda de varios operarios del Ayuntamiento de Abarán. Además, de los siete arrestados, tres contaban ya con antecedentes por la comisión de actos ilícitos similares.

Expulsados de los institutos

Al parecer, este grupo de menores, de nacionalidad española y marroquí, tendría todo el tiempo del mundo para cometer estos delitos, ya que han sido expulsados en reiteradas ocasiones de los institutos en los que deberían recibir sus enseñanzas.

La preocupación es de tal calibre en el pueblo que el asunto incluso se ha tratado en pleno municipal. Al respecto, y tras las preguntas realizadas por el PSOE local, la concejal de Seguridad, Alba Gómez, adelantó que el Consistorio, en coordinación con las fuerzas de seguridad, estudia fórmulas para erradicar estos malos comportamientos. Así, no se descarta la colocación de cámaras de vigilancia en determinados lugares, además de reforzar la presencia policial.

Asimismo, Gómez comentó que el número actual de agentes, tanto de policías como de guardias civiles, es muy insuficiente para un municipio con 13.000 habitantes y tres pedanías.