Los vecinos de las pedanías de Tercia y Marchena celebran desde ayer una de las tradiciones más arraigadas en la huerta de Lorca. Se trata de la 'Ruta de la tortada', una costumbre que se ha ido transmitiendo de padres a hijos y que aún perdura pese a contar con más de cien años de antigüedad. Lo hacen cada año por estas fechas en torno a las fiestas de la Candelaria en la parroquia de Santa Gertrudis.

La fiesta comenzó ayer tarde con el recorrido del dulce pastel de 8 alturas desde la confitería Blanco y Azul, en la calle Lope Gisbert, hasta acabar en el restaurante Machaco, del Camino de Cartagena.

La tradición cuenta que la tortada irá allí donde sea reclamada su presencia por parte de las familias o entidades que lo soliciten. Los encargados de organizar el festejo son los mayordomos de turno de la parroquia de Santa Gertrudis. Uno de ellos, Francisco Galindo, ha señalado a este periódico que «se trata de una costumbre antiquísima que ha ido pasando de generación en generación que no tiene visos de perderse porque, incluso los más jóvenes, se muestran partidarios de que siga hacia adelante». Galindo recuerda que sus padres también fueron mayordomos, y que siempre constituye un honor poder participar en tradiciones como ésta, «hoy me ha tocado a mí y seguro que la costumbre la seguirán mis descendientes».

Este año han sido más de media docena de bares los que han solicitado que los visitara la famosa tortada que como otras veces iba acompañada por la cuadrilla, al frente de la cual actuaba como guión, José Acosta 'El Ganadero'. Una vez en el establecimiento, los clientes piden al guión que les dedique unas pascuas lorquinas recordando a su seres queridos.

A cambio de la actuación se hace entrega a la cuadrilla de un donativo cuyos fondos gestionan los mayordomos para invertirlos en las necesidades de la parroquia. Según Francisco Galindo, «siempre hay algo que hacer y en qué invertir el dinero». En esta ocasión lo recaudado durante este fin de semana irá destinado a cubrir los desperfectos que han causado las últimas lluvias en la ermita de Santa Gertrudis.

La fiesta de ayer incluyó asimismo la visita a un domicilio particular cuyos propietarios requirieron la presencia de la cuadrilla que entonó un amplio repertorio de cantos de pascua.

La tortada ha sido donada a los mayordomos un año más y de forma desinteresada, por los propietarios de la confitería Blanco y Azul.

La fiesta continúa

Los actos de ayer finalizaron bien entrada la noche, en Machaco, donde se concentraron varias decenas de personas para escuchar a la cuadrilla. Hoy está previsto que se lleve a cabo por parte de los mayordomos, en el atrio de la ermita, el sorteo de la tortada de 8 pisos. Una vez que la tortada haya ido a parar a quien hoy mismo la degustará, se llevará a cabo la procesión por los alrededores del templo. Los mayordomos aprovechan la jornada para rendir homenaje a un vecino de los que a lo largo del año trabajan de forma desinteresada en las labores propias de la parroquia.